Los accidentes cerebrovasculares pueden afectar a cualquiera, pero los ingresos y la educación pueden jugar un papel en si su accidente cerebrovascular es fatal o incapacitante, muestra una nueva investigación.
Como se informó el 8 de noviembre en la revista Neurology, las personas que habían sufrido un accidente cerebrovascular tenían un 10% más de probabilidades de morir o volverse dependientes de alguien para su cuidado si tenían bajos ingresos o menos educación.
La autora principal del estudio, Anita Lindmark, de la Universidad de Umeå en Suecia, dijo que desde hace tiempo hay evidencia de que las personas de entornos menos favorecidos ya tienen un mayor riesgo de accidente cerebrovascular.
"Nuestro estudio buscó determinar si el estatus socioeconómico juega un papel después de un accidente cerebrovascular", explicó en un comunicado de prensa de la revista.
"No solo encontramos un mayor riesgo de muerte y dependencia de otros para aquellos con bajos niveles de educación e ingresos, sino que también encontramos que si se implementaran intervenciones para reducir las disparidades, podrían salvar vidas", agregó Lindmark.
En su investigación, el equipo sueco analizó datos de casi 26,000 personas en el Registro de Accidentes Cerebrovasculares de Suecia que habían sufrido un accidente cerebrovascular durante un período de dos años. Todas estas personas habían vivido previamente de forma independiente, sin necesidad de asistencia en las actividades de la vida diaria.
De estos pacientes con accidente cerebrovascular, aproximadamente 6,800 terminaron falleciendo o requiriendo asistencia dentro de los tres meses posteriores a su accidente cerebrovascular.
El equipo de Lindmark dividió a los pacientes en tres grupos socioeconómicos: Bajo (ingreso disponible bajo, solo educación primaria), Alto (educación universitaria e ingreso disponible relativamente alto) y Medio (educación/ingreso entre las dos categorías anteriores).
Informan diferencias significativas en los resultados de los accidentes cerebrovasculares basados en la educación/ingresos. Mientras que el 39% de las personas en el grupo Bajo fallecieron o dependieron de otros tres meses después de su accidente cerebrovascular, esto solo fue cierto para el 18% en el grupo Alto.
En general, y después de ajustar por ciertos factores, las personas en el grupo Bajo de ingresos/educación tenían un 10% más de probabilidades de terminar fallecidos o discapacitados poco después de su accidente cerebrovascular, en comparación con las personas en el grupo Alto.
Las razones exactas de la disparidad no están claras, en parte porque los investigadores no tenían buena información sobre los lugares en los que vivían los individuos o el nivel de atención médica que habían recibido.