Con el presunto objetivo de socavar el respaldo a Ucrania, desacreditar a los Estados Unidos y crean un ambiente en contra de la OTAN, el gobierno de Rusia lleva a cabo una campaña de desinformación en México y otros países de América Latina, denunció el Departamento de Estado.
La presidencia de Joe Biden sostiene que el Kremlin está desarrollando dicha campaña a través de los medios de comunicación en Argentina, Bolivia, Colombia, Cuba, México, Venezuela, Brasil, Ecuador, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay; entre otras naciones de la región.“Para llevar a cabo una campaña de manipulación informativa diseñada subrepticiamente para explotar la apertura de la prensa y ambiente de información en América Latina”, indica el Departamento de Estado.
En el comunicado que difundió este martes el gobierno de Biden, matiza que la presidencia de Vladimir Putin procede con una estrategia que la audiencia latinoamericana la percibe “orgánica” (natural) para socavar el respaldo a Ucrania y “propagar un sentimiento” anti Estados Unidos y contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La campaña de Putin busca promover en la región los “intereses estratégicos de Rusia” en el Hemisferio, “cooptando a la prensa local y a personalidades de redes sociales (influencers) para esparcir su propaganda de desinformación”.
El Departamento de Estado achaca esta estrategia a la Agencia de Diseño Social (SDA) y al Instituto para el Desarrollo de Internet y Estructura de Rusia, que presuntamente estarían pagando por la difusión de la campaña a los medios y personalidades latinoamericanos.
Las conclusiones de esto por parte del gobierno estadunidense, explica el Departamento de Estado, emanan de la Evaluación Anual llevada a cabo por la Comunidad de Inteligencia, integrada por la CIA, el Pentágono, el FBI, el Departamento de Estado y Justicia; entre otros.
“Los actores de influencia de Rusia adaptan sus esfuerzos para de forma creciente esconder su mano y lavando el trasfondo de sus mensajes preferidos por medio de un vasto ecosistema de sitios de internet, personas y organizaciones que aparecen como fuentes de información independientes”, explica el Departamento de Estado.
Por medio de este sistema el gobierno de Biden acusa a Moscú de “plantar” y “diseminar” contenido falso y ampliar teorías de conspiración e influencia que benefician a los objetivos de Rusia.
Esta es la primera ocasión desde el fin de la Guerra Fría (1991) en que el gobierno de Estados Unidos lanza una alerta sobre los esfuerzos del Kremlin para incrementar su influencia y presencia en América Latina.
Como orquestadores de la estrategia, el Departamento de Estado identifica a Ilya Gambashidze, director de la firma de relaciones públicas conocida como (SDA); además de Andrey Perla, director de Proyectos, y Nicolay Tupikin, director Ejecutivo, ambos de SDA, así como al periodista Oleg Yasinskiy.
La operación de la estrategia de Putin, presuntamente y de acuerdo a la información del Departamento de Estado, se sostiene en cinco aspectos:
Cultivar un grupo de personal editorial con probabilidad de instalar su sede en Chile, para organizar y adiestrar a personajes, periodistas y líderes de opinión de varios países de América Latina.
Un equipo ruso creará contenido y enviará el material a la junta editorial para revisarlo, editarlo y por último publicarlo de manera masiva en la prensa local de una manera que se perciba como orgánica.
La traducción de la información será responsabilidad de un grupo de editores proficientes en el idioma español pero con sede en Moscú, quienes usarán alias para ocultar sus verdaderas identidades y garantizar el lavado de la información para que sienta natural y llegue a la gente.
Yasinskiy se haría cargo del control de una red vasta de periodistas que hablen español y portugués y de medios de comunicación para que sin compromiso difundan los mensajes de Rusia con el objetivo de que la audiencia latinoamericana asimile el contenido.
La difusión de la información de descrédito se iniciará por medio de los medios de comunicación digitales: El Ciudadano, que cubre en español acontecimientos de México, Chile, Venezuela y Latinoamérica, y en portugués por medio de Pressenza.
Entre varios de los objetivos más importantes del Kremlin, el gobierno de Biden subraya el de “persuadir a la audiencia latinoamericana de que la guerra de Rusia contra Ucrania es justa y de que este país se puede unir a Moscú tras la derrota del neocolonialismo”.
En paralelo, indicar que la verdadera guerra en Ucrania se libra contra el neoimperialismo y su fuente de extracción en África.
Las embajadas de Rusia en los países latinoamericanos y los periodistas de este país asignados como corresponsales en el Hemisferio, forman también parte de la campaña de desinformación y descrédito, según el comunicado distribuido por el Departamento de Estado en Washington.