La Brigada de Vigilancia Animal reporta que sólo se ha atendido a unos cientos de los miles que se encuentran en situación vulnerable.
Un grupo de agentes de la Brigada de Vigilancia Animal llegó a Acapulco, Guerrero, para alimentar, rescatar y procurar las vidas de decenas de animales domésticos y en situación vulnerable que fueron afectados por el paso del huracán Otis.
Por instrucción de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana (SPC), Rosa Icela Rodríguez, en coordinación con Pablo Vazquez Camacho, titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, el grupo por el bienestar animal, que ya trabajaba en el corazón del país, trasladó al puerto medicamentos y tres toneladas de alimento para peludos que diferentes organizaciones civiles reunieron mediante acopio.
La Brigada de Vigilancia Animal también está integrada por veterinarios, activistas por el bienestar animal y voluntarios en solidaridad con la causa, quienes tienen el objetivo de buscar michis y lomitos en las calles de Acapulco para ofrecerles comida, tratar sus heridas en caso de haber resultado víctimas de la furia de Otis y reubicarlos.
Leticia Varela y Rebecca Sokol, activistas por los derechos de los animales, encabezan este grupo de apoyo, que arribó a la costa grande de Guerrero el pasado miércoles 1 de noviembre y permanecerá en el lugar hasta haber atendido y reubicado a la mayoría de animales, esto en un trabajo mano a mano con grupos solidarios con la causa de aquella entidad.
De acuerdo con cifras oficiales, al menos 100 mil perros y gatos se encuentran en situación de calle en Acapulco, según detalló Leticia Varela.
Entre ellos, la Brigada de Vigilancia Animal apenas ha atendido a unos cientos. Sin embargo, comunicaron que los habitantes de la costa están haciendo lo propio, resguardando a lomitos y michis, por lo que estiman se ha protegido a miles.
Algunos de los peludos atendidos por el equipo resultaron lesionados por los potentes vientos de hasta 250 kilómetros por hora, otros se encontraban en estado de inanición y, unos más, nadando a la deriva en aguas del puerto.