Según un estudio de cohortes nacional danés que se ha publicado en la revista Occupational and Environmental Medicine, no se encontró un mayor riesgo de tener un niño pequeño para la edad gestacional entre las mujeres embarazadas que trabajan de noche.
Las 19.107 mujeres de la cohorte eran principalmente trabajadoras sanitarias. Debido a que estas trabajadoras suelen gozar de mejor salud que las mujeres promedio, en el estudio no se pudo descartar la aparición de un efecto de trabajador saludable, lo que disminuye la probabilidad de encontrar un riesgo.
En algunas investigaciones anteriores se sugirió una asociación entre el trabajo nocturno durante el embarazo y un mayor riesgo de tener un hijo pequeño para la edad gestacional, pero en otros estudios no se encontró ningún riesgo.
Los autores de este estudio, el mayor de este tipo, concluyen que, aunque sus hallazgos son tranquilizadores, "no justifican relajar las pautas y las recomendaciones actuales para el trabajo nocturno de las mujeres embarazadas. Las mujeres embarazadas no deberían trabajar más de un turno de noche a la semana".
Este estudio fue una cohorte prospectiva de casi 25.000 embarazos únicos en 19.107 mujeres, principalmente enfermeras y médicas. La exposición al trabajo nocturno se basó en datos detallados de las nóminas sobre las horas de trabajo que cubrían la intensidad y duración de dicho trabajo.
El criterio principal de valoración fue “neonato pequeño para la edad gestacional”.
Alrededor del 61 % de la cohorte eran trabajadoras nocturnas. Alrededor del 9,7 % de los embarazos fueron pequeños para la edad gestacional entre las madres que trabajaban de noche, frente al 9,7 % de esos embarazos entre las trabajadoras diurnas.
Ninguna de las cuatro dimensiones de intensidad y duración del trabajo nocturno (frente al trabajo diurno) aumentó significativamente el riesgo de tener un niño pequeño para su edad gestacional.
Hubo una "tendencia" no significativa hacia un mayor riesgo de tener un niño pequeño para la edad gestacional entre los embarazos en los que la madre dejó de tener turnos de noche.
En los resultados se indica la posibilidad de un efecto de “trabajador saludable” que podría atenuar la posibilidad de encontrar una relación entre el trabajo nocturno y un mayor riesgo para un niño pequeño para su edad gestacional.