Dentro de las tradiciones del Día de los Fieles Difuntos, no pueden faltar diversos aperitivos. Uno de ellos es el pan de muerto, un suculento antojo muy demandado en la comunidad, que se utiliza para adornar las distintas ofrendas que se instalan en los altares.
Su sabor a naranja le da un toque especial, y suele ir acompañado de un delicioso champurrado, que es obligatorio degustar. Además, otras comidas tradicionales de estas fechas incluyen la caña de azúcar y las calaveritas de dulce. Sobre la venta del pan de muerto, Saúl Vargas, panadero local, menciona que ha estado un poco baja, posiblemente debido a la falta de eventos concurridos en comparación con años anteriores.
Demanda. No obstante, están preparando pedidos pequeños para atender a la comunidad que los demande. También han recibido solicitudes de empresas y escuelas para la elaboración de este delicioso antojo, que es un producto esencial en esta festividad. Vargas detalla que el costo de una pieza grande es de 15 pesos y la pequeña es de 10 pesos, haciendo un esfuerzo por mantener estos precios a pesar del aumento en el costo de la materia prima a lo largo del año, que incluye harina, manteca y azúcar. En el caso del pan de muerto, se le agrega naranja y un toque especial que es un secreto profesional de la familia que se ha dedicado a la panadería durante años y ha agradado a clientes.