Veinte kilómetros de desesperación a fondo... sólo para darte cuenta que después tendrás que dar una vuelta más
A propósito de las fechas, Halloween para los Estados Unidos –una festividad que también se celebra al sur de la frontera- y los más solemnes días de muertos en México, preparamos esta pequeña pieza sobre un circuito muy especial y terrorífico.
No nos meteremos demasiado en hacer un relato histórico sobre la sección Nordschleife, bastará con que sepamos que se construyó en los 20’s del siglo pasado; que ahí Tazio Nuvolari logró lo que en automovilismo se llama ‘la victoria imposible’ (habría que escribir sobre ello en otra ocasión); que entró a la F1 en 1951 y que han muerto alrededor de 70 personas en su perverso trazado –cinco de F1, solo Indianapolis tiene más fatalidades en F1-. Mejor tratemos de hacer una descripción del temible y abominable monstruo que es.
A Otto Creutz y las personas que hayan intervenido en la gestación y construcción de dicho infierno en la tierra, se les ocurrió hacer una pista de carreras de 20 kilómetros (el Nordschleife, hay otra sección que es el Sudschleife, de 7.5 kms y en la cual se hizo el trazado actual de Nürburgring) en medio de un bosque y entre las montañas Eifel, en un poblado llamado Nürburg.