La edad en el momento del diagnóstico es un factor pronóstico en personas con cáncer diferenciado de tiroides de riesgo intermedio.
En las guías clínicas de la Asociación Estadounidense de Tiroides no se considera la edad en el momento del diagnóstico como un factor pronóstico al estimar el riesgo de enfermedad persistente o recurrente en el cáncer diferenciado de tiroides.
La edad en el momento del diagnóstico se ha evaluado en pacientes de alto riesgo, pero aún no se ha establecido en pacientes de riesgo bajo e intermedio.
El análisis retrospectivo de 863 pacientes con cáncer diferenciado de tiroides, con una mediana de seguimiento de 10 años, incluyó a un 52 % clasificado como de bajo riesgo y a un 48 % como de riesgo intermedio.
Cada clase de riesgo se subdividió por edad en el momento del diagnóstico como <55 o ≥55 años.
En el grupo de riesgo intermedio, los pacientes ≥55 años tuvieron tasas más altas de enfermedad estructural (11,6 % frente a 8,9 %), enfermedad recurrente (4,1 % frente a 0,7 %) y muerte (4,1 % frente a 1 %) en comparación con los de edad < 55 años (p = 0,007).
En el análisis multivariado, los factores de riesgo independientes asociados con enfermedad estructural persistente/recurrente o muerte (peores resultados) fueron la respuesta al tratamiento inicial (odds ratio, 13,8; p < 0,001), la edad ≥ 55 años en el momento del diagnóstico (2,5; p = 0,004), categoría T del de tumor (3,6; p < 0,001) y categoría N de los ganglios (2,85; p < 0,001).
En pacientes de bajo riesgo, solo la respuesta al tratamiento inicial se asoció de forma independiente con peores resultados a largo plazo (odds ratio, 23,9; p < 0,001), lo que indica que la edad en el momento del diagnóstico sí afecta el resultado clínico en estos pacientes.
Por el contrario, en los pacientes de riesgo intermedio, la edad avanzada en el momento del diagnóstico (odds ratio, 3,9; p < 0,001) fue un factor de riesgo independiente para un peor resultado a largo plazo, junto con la respuesta al tratamiento inicial (13,0; p < 0,001), la categoría T del tumor (32; p = 0,005) y la categoría N de los ganglios (2,3; p = 0,03).
Los peores resultados aumentaron del 13,3 % en general al 47,8 % en pacientes con enfermedad estructural persistente después del tratamiento inicial y disminuyeron al 6,4 % en pacientes sin evidencia de enfermedad después del tratamiento inicial (p < 0,001).
La edad avanzada en el momento del diagnóstico predijo una tasa más alta de peores resultados finales solo en pacientes con enfermedad estructural persistente después del tratamiento inicial.