Según un estudio de cohortes alemán publicado en la revista Joint Bone Spine, la anemia y la ferropenia son frecuentes en las mujeres embarazadas con enfermedades reumáticas, incluso en el primer trimestre. Además, estas situaciones aumentan las probabilidades de complicaciones fetales y neonatales, como muerte fetal, parto prematuro y tamaño pequeño para la edad gestacional.
El asesoramiento previo al embarazo a mujeres con enfermedades reumáticas y la administración temprana de suplementos de hierro cuando esté indicado pueden mejorar los resultados.
Los investigadores realizaron un estudio de cohortes retrospectivo de 368 embarazos de un registro de embarazos en pacientes con enfermedades reumáticas (TURIRE) entre los años 2014-2022.
En general, el 61 % de las mujeres sufría una enfermedad del tejido conectivo (principalmente lupus o síndrome de Sjögren), el 16 % tenía artritis reumatoide o artritis idiopática juvenil, el 14 % padecía espondiloartritis, el 3 % sufría vasculitis y el 7 % tenía alguna otra enfermedad reumática.
Los investigadores evaluaron la prevalencia de la anemia y la ferropenia (según la definición de la Organización Mundial de la Salud). A todas las mujeres que padecían alguna de estas afecciones se les recomendó que comenzaran a tomar suplementos de hierro por vía oral.
Los criterios de valoración principales fueron las complicaciones maternas (brote de la enfermedad debido al ajuste de medicación, preeclampsia, eclampsia, diabetes gestacional, hemorragia y tromboembolia) y las complicaciones fetales y neonatales (aborto espontáneo o muerte fetal, malformación, infección, tamaño pequeño para la edad gestacional, lupus neonatal y parto prematuro).
La prevalencia de anemia fue del 18 %, el 27 % y el 33 % en el primer, segundo y tercer trimestre del embarazo, respectivamente. La prevalencia de ferropenia fue aún mayor: 28 %, 51 % y 62 %, respectivamente.
De manera algo inesperada, las mujeres con niveles más altos de hemoglobina tenían más probabilidades de sufrir complicaciones maternas; las probabilidades aumentaron en un 47 % con cada unidad de aumento de nivel. No hubo asociación significativa con el nivel de ferritina.
Por otro lado, los hijos de mujeres con niveles más altos de hemoglobina o ferritina tenían menos probabilidades de presentar complicaciones fetales y neonatales. Las probabilidades disminuyeron en un 48 % y un 14 %, respectivamente, con cada unidad que aumentaba de nivel.
Por lo tanto, los puntos de corte óptimos para los niveles de hemoglobina y ferritina diferían un poco, dependiendo de si el objetivo era reducir las complicaciones maternas o reducir las complicaciones fetales y neonatales.