Aguas de Saltillo gestionaría el agua hasta el 31 de marzo de 2034, es decir, 7 años y 6 meses más de lo establecido en el contrato original.
Saltillo, MÁS. – La empresa gestora, Aguas de Saltillo, solicitó al Ayuntamiento local la ampliación de la vigencia del contrato de asociación, mismo que vencerá en octubre de 2026.
Ernesto de Nigris, consejero presidente del Consejo de Administración de Aguas de Saltillo, secretario y delegado especial de las asambleas generales extraordinarias de la empresa, emitió un documento al Ayuntamiento de Saltillo pidiendo la autorización para la ampliación de la vigencia del contrato firmado en 2001.
De ser autorizado por el cabildo local, Aguas de Saltillo gestionaría el líquido hasta el 31 de marzo de 2034, es decir, 7 años y 6 meses más de lo establecido en el contrato original.
“Respecto al contrato de asociación, sus derechos y obligaciones inherentes y documentos vinculantes para la prestación del servicio público de Agua potable y drenaje en la ciudad de Saltillo, celebrado en agosto del 2001, la solicitud de autorización para la ampliación de su vigencia… por el periodo equivalente a 7 años 6 meses adicionales que computarían a partir del 1 de octubre del 2026 al 31 de marzo de 2034”, se lee en el documento.
LA CONSTITUCIÓN DE AGUAS DE SALTILLO
En 2001, Óscar Pimentel, entonces alcalde de Saltillo, decidió crear una empresa mixta entre SIMAS, el municipio y la empresa trasnacional Aguas de Barcelona, para que administrara el Sistema de Agua, para optimizar el recurso.
El contrato de asociación fue firmado entre SIMAS-Saltillo e INTERAGBAR de México, compañía constituida en la Ciudad de México el 25 de julio del 2001, cuyos socios eran Aguas de Barcelona con el 51% de las acciones, e INTERAGUA, Servicios Integrales del Agua, a la que le correspondía el otro 49%.
En agosto de 2001, el Cabildo de Saltillo aprobó la asociación del municipio con Aguas de Barcelona y el 1 de octubre de 2001, Aguas de Saltillo comenzó operaciones en el municipio. Así Saltillo se convirtió en la primera ciudad en el país donde fue privatizado el sistema de agua y saneamiento por medio de una empresa mixta.
Durante los primeros años de su administración, la empresa realizó cinco aumentos en las tarifas por encima de la inflación, infringiendo así el contrato de asociación con SIMAS. Hasta el 2021, los usuarios pagaban más del doble por el contrato de agua y el drenaje costó 10 veces más que en 2001.