Las sopas instantáneas se han convertido en un recurso común cuando el tiempo y el presupuesto para cocinar en casa son limitados. Uno de los sabores más populares de estas sopas es, sin duda, el sabor a camarón.
Pero, ¿te has preguntado si lo que estás disfrutando realmente contiene camarón? Un estudio realizado por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) arrojó resultados sorprendentes que despejan muchas de estas dudas.
Es cierto que las sopas instantáneas promocionan el sabor a camarón efectivamente contienen camarones en su lista de ingredientes.
Sin embargo, estos camarones son sometidos a procesos industriales que eliminan sus características perecederas, permitiendo que puedan conservarse por más tiempo a temperatura ambiente. Uno de los métodos utilizados es la liofilización, una técnica que se aplica no solo a alimentos, sino también a vacunas y levaduras.
Este proceso de liofilización implica la deshidratación de los camarones, reduciendo considerablemente su tamaño. El resultado final es conocido como "camarones liofilizados", que son los que encuentras en las sopas instantáneas.
También se añade una cantidad significativa de sodio en este proceso. El mismo tratamiento se aplica a las verduras que acompañan la sopa, lo que lamentablemente hace que pierdan gran parte de su valor nutricional.
Es importante destacar que los alimentos sometidos a la liofilización pueden tener una vida útil de más de 25 años sin necesidad de refrigeración, lo que los convierte en productos de larga duración. No obstante, el proceso de liofilización también tiene sus implicaciones en el contenido nutricional de los camarones y las verduras.
La lista de ingredientes de las sopas instantáneas, es extensa, con al menos 39 componentes, incluyendo glutamato monosódico, TBHQ y dióxido de silicio. El producto final se asemeja a harina de trigo refinada, grasa, sal y aditivos, lo que crea una combinación que algunos expertos señalan como propensa a generar adicción.