Mantener tus prendas blancas en perfectas condiciones no tiene por qué ser una tarea imposible. Con estas dos fórmulas mágicas, tus preocupaciones desaparecerán
Olvídate de gastar una fortuna en productos que prometen mucho y cumplen poco. Como probablemente te habría dicho tu abuela, el bicarbonato es un aliado excepcional para eliminar casi cualquier tipo de mancha, ya sea superficial o incrustada.
El procedimiento es sencillo: mezcla ½ taza de bicarbonato de sodio con 60 ml de tu detergente de preferencia. Si te enfrentas a una mancha particularmente difícil, añade tres cucharadas de jugo de limón y aplícalo directamente sobre la mancha. Deja actuar durante un tiempo y luego lava la prenda como lo haces normalmente.
El bicarbonato de sodio es un compuesto blanco que se obtiene del mineral natrón. Gracias a sus propiedades, es capaz de absorber y neutralizar los malos olores. Además, actúa como un potente blanqueador de telas, devolviendo la vitalidad a tus prendas blancas.
Algunas telas son particularmente delicadas o sensibles, como la seda, la lana, el encaje y otros tejidos que podrían no llevarse bien con la combinación de bicarbonato de sodio y detergente.
Para este tipo de prendas, te recomendamos recurrir a la tintorería y asegurarte de no exponerlas a sustancias que puedan dañarlas irremediablemente.