Todas las películas de Studio Ghibli poseen un encanto especial. La manera en que Hayao Miyazaki teje sus narrativas es verdaderamente única. Lo podemos apreciar en obras como "Ponyo en el acantilado," "El viaje de Chihiro," y por supuesto, en "El castillo ambulante." Esta película, adaptada de la novela de Diana Wynne Jones, nos sumerge en una aventura repleta de magia, fantasía y un toque de romance.
La atención al detalle, los mensajes subyacentes y la magnífica animación de esta película son solo algunos de los elementos que la convierten en un imprescindible, no solo para los amantes de la animación japonesa, sino también para los fanáticos de la fantasía. A pesar de cuántas veces la hayamos visto, siempre descubriremos nuevos matices para apreciar. Por lo tanto, ahora que está disponible en Netflix, es una excelente oportunidad para explorar todo lo que la hace especial y profundizar en algunos de estos aspectos.
En "El increíble castillo vagabundo," nos sumergimos en la historia de Sophie, una joven sombrerera que se ve víctima de una maldición lanzada por la Bruja del Páramo. Su apariencia se transforma en la de una anciana, lo que la lleva a emprender un viaje por el mundo en busca de una solución. En el camino, descubre un castillo móvil con patas de ave que se desplaza de un lugar a otro. Sin embargo, el castillo no está deshabitado, y en su interior conviven seres singulares como Calcifer y Howl, un mago enigmático.
A pesar de ser una adaptación que narra la historia de la novela, Studio Ghibli agrega capas de profundidad y mensajes más sutiles, que se revelan a través de pequeños detalles y representaciones a veces oníricas. En este caso, podemos encontrar referencias a la guerra, un tema al que Miyazaki a menudo hace alusión para mostrar su brutalidad. Howl encarna valores destructivos, mientras que Sophie representa una faceta más pacífica que, con el tiempo, se entrelaza de manera conmovedora. Además, algunas tramas familiares presentes en el libro se eliminan en la película para hacer la historia más accesible al público.
Sin lugar a dudas, la historia de "El increíble castillo vagabundo" es uno de sus puntos fuertes, respaldada por una banda sonora excepcional. Sin embargo, es la animación y la forma en que el estudio da vida a esta historia lo que te cautiva por completo. El estilo distintivo de Ghibli se hace evidente en los impresionantes paisajes, algunos inspirados en Francia, así como en la representación de escenas cotidianas con una estética constante de estilo steampunk. Por ejemplo, la escena en la que se cocina sobre Calcifer es un excelente ejemplo de minuciosidad, no solo por la deliciosa apariencia de la comida, sino también por la atención meticulosa a los detalles. Del mismo modo, la habitación de Howl, al igual que el cuarto de Bo en "El viaje de Chihiro," se asemeja a una obra de arte. No dudes en hacer una pausa para apreciar todos estos detalles.
Aunque la película se estrenó oficialmente en Japón en 2004, fue en 2006 cuando recibió una merecida nominación al Premio de la Academia en la categoría de Mejor Película de Animación. Aunque no logró llevarse el premio, compitiendo contra "Wallace y Gromit" y "La novia cadáver" de Tim Burton, la calidad indiscutible de esta película perdura.
A pesar de su duración cercana a las dos horas, su ritmo nunca decae, manteniendo al espectador intrigado en todo momento, especialmente durante el último tercio de la película. Por lo tanto, ahora que está disponible en Netflix, siempre es una elección acertada para esos días en los que no sabemos qué ver.