Como si fuera poco el panorama gris por el que atraviesa Monclova y la Región Centro en cuanto al tema económico se refiere, hemos tenido días de intensa lluvia y de esa de la que no cede con días de cielo completamente cerrado donde solo causa estragos en toda la región dándole chamba interminable a los hombres que forman parte de Protección Civil que tienen que velar y prevenir cualquier tipo de incidente en la ciudad.
Sabemos de ante mano que nuestra tierra desértica es de climas extremos, si hace calor nos azota una temperatura infernal que nos trae un tanto locos, si hace frío, es de esos que cala hasta los huesos y por supuesto que cuando llueve no puede ser la excepción y nos lo ha demostrado estos últimos cuatro días que nos llega a desesperar que el agua no ceda, pues no solo nos limita a salir, sino que además causa estragos y daños estructurales a muchas viviendas que incluso llega a poner en riesgo a las personas.
Hemos visto muchas desgracias, sobre todo en el tema de marquesinas, que gracias a los días lluviosos y exceso de humedad que esto provoca, viviendas enteras y partes de ellas se han derrumbado o colapsado, causando daños a personas e incluso los ha llevado a la muerte.
Desgraciadamente, no tenemos la cultura de dar mantenimiento a las viviendas para evitar este tipo de tragedias luego del daño que provoca estas intensas lluvias, qué desgraciada o afortunadamente son parte de la fuerza de una naturaleza extrema y decimos afortunadamente por qué gracias a todo esto, el exceso de agua viene a revelar la pésima calidad de los materiales que son utilizados en las obras públicas que se realizan a lo largo y ancho de la región.
Bastan dos o tres días de lluvias o en ocasiones con un solo día para que se formen inundaciones o los innumerables baches que tienen que ser reparados en semanas de trabajo y pese a que son obras de muchos millones de pesos, un poco de agua pone al descubierto no solo la mala calidad sino también la pésima mano de obra.
Pero es lo que hay y es lo que tenemos, es por lo que se aplaude y se ovaciona cada vez que se inaugura alguna obra de infraestructura o pavimentación.
Se presumieron hace administraciones atrás los llamados boca tormentas que canalizarían el agua para evitar encharcamientos, pero basta echarle un vistazo a la que está a un lado de Protección Civil durante un aguacero para darnos cuenta de que de solo fueron obras de pantalla.
Basta ver el bulevar Pape y toda la corriente de agua que lleva durante días de lluvia y no solamente esta columna vertebral de Monclova, sino muchas colonias y sectores que sufren de inundaciones cada vez que tenemos temporada de lluvia, pero como pocas veces llueve, se nos olvida a las semanas siguientes y las cosas siguen estando igual.
Y hablando de climas extremos, también hay que voltear a ver el clima económico que tenemos y que no promete nada alentador, no hay respuestas para nadie y vemos que la desesperación de las personas ya comienza a superar los límites permitidos, como el caso del segundo obrero que se quita la vida, más otro al que se le agravaron sus enfermedades crónicas y encontró la muerte.
Alguien dijo por ahí que todo esto es el principio del caos que se nos avecina en el tema económico y no dudamos de que la situación se ponga cada vez más intensa al ver la nula y apática respuesta de las autoridades por darle una solución definitiva al tema de Altos Hornos de México y desistir en el estrangulamiento al presupuesto que se le debe asignar a Coahuila por parte del gobierno federal que sigue empeñado en sus caprichos pese la afectación que ocasiona a miles de familias.