López Obrador sigue insistiendo en que el escollo es una supuesta negativa de Alonso Ancira a entregar la empresa
En tanto que el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que el caso de Altos Hornos de México está atascado por una supuesta negativa de Alonso Ancira a entregar la empresa, los abogados de la acerera la situación es a la inversa, lo cual manifiesta el columnista Sebastián Gómez, es su columna “Al Hueso” en Infonor. Basado en la explicación del abogado Miguel Ontiveros, defensor de Emilio Lozoya Austin, coacusado de Alonso Ancira por la compra-venta con supuesto sobreprecio del complejo de fertilizantes Agronitrogenados, en entrevista con Carmen Aristegui.
El columnista menciona que “En múltiples referencias desde sus homilías matinales, López Obrador -que tiró la piedra- ha buscado desmarcarse de toda culpa en el drama por él generado e insiste en que la solución de la perversa maquinación es que Alonso Ancira acepte entregar “su empresa”.
De acuerdo con los abogados de AHMSA, la situación es a la inversa, porque Ancira -que no es el dueño ni el principal accionista, pero sí fue cabeza de la firma- encauzó la gestión de un acuerdo para entregar todo el capital accionario de su familia al grupo financiero estadounidense Argentem, ya propietario de una quinta parte de AHMSA y el que para restituir la operación de minas y siderúrgicas cuenta con respaldo acreditado de varios grupos, entre ellos el fondo de inversiones Kikapú.
La operación está en pleno conocimiento del gobierno federal y para que se concrete solo falta la aceptación de plazos de pagos de la deuda con el sector público solicitada por Argentem, decisión que las autoridades han venido retrasando.
El Presidente conoce los términos, sabe que la familia Ancira -sin otra salida- aceptó su capricho personal de quedar por completo fuera del negocio y que todo el consejo de AHMSA renunció y fue designado uno nuevo por los inversionistas, el que no ha tomado posesión formal en espera del acuerdo con el gobierno.
Sin embargo, López Obrador sigue insistiendo en que el escollo es una supuesta negativa de Alonso Ancira a entregar la empresa, aunque nunca el Presidente dice a quién y, por tanto, es dable suponer que la maquinación para otorgarle el control a Julio Villarreal no fue solamente de Scherer, sino que también el mandatario avaló la asonada judicial para lograr ese objetivo e insiste en ello.
Olvidando una vez más su “primero los pobres”, la inquina de López Obrador ha detenido por 10 meses la operación de acerías y minas, con la plantilla 18 mil empleados y obreros de AHMSA sin ingresos, empresas de proveedores desaparecidas, decenas de miles de familias a la deriva y la economía de Coahuila con un impacto negativo sumado a los recortes financieros que por animadversión política se aplican al Estado”.