Al corte del 2022, en México, sólo el 36% de las personas que viven con VIH tienen acceso a tratamiento antirretroviral (TAR).
Este nivel es significativamente bajo si se compara con la cobertura de 2018, que ascendía a 47%, de acuerdo con cifras del Sistema de Vigilancia Epidemiológica VIH de la SSA.
Esto se alinea con una caída en la tasa de diagnóstico por la aplicación de menos pruebas durante la pandemia de Covid-19 y un incremento importante de la prevalencia del virus en adultos de entre 18 y 35 años.
Estos indicadores, por un lado, incrementan el riesgo de los portadores a desarrollar SIDA o aumentar sus cargas virales.
Por otro lado, también incrementa los riesgos de transmisión.