El 24 de agosto del 2015, Policarpo Abrego Valdez y su mujer Ernestina Hurtado Rodríguez de 75 y 76 años respectivamente fueron asesinados en su domicilio.
La tarde del martes 17 de abril del 2012, Jesús Eduardo Mata López de 15 años, atropelló y mató a la niña Dulce Valeria Romero Rodríguez de 10 años y dejó malherido al pequeño Hugo Carmona Rodríguez. El accidente sucedió cuando probaba la camioneta de su padre frente a la Escuela Primaria “Emiliano Zapata” de la colonia Occidental de ciudad Frontera.
El 24 de agosto del 2015, Policarpo Abrego Valdez y su mujer Ernestina Hurtado Rodríguez de 75 y 76 años respectivamente fueron asesinados en su domicilio de la colonia Los Bosques de Monclova. El homicida Erik Zambrano Ramírez de 17 años ingresó a robar mientras su pareja Karen Johana Villarreal Díaz de 15 cuidaba en el exterior. La Policía Municipal los capturó infraganti.
El 21 de abril del 2016, Javier alias “El Demonio” de 13 años mató de 30 cuchilladas a su novia, Dianita de 11 en la casa de esta en la colonia Guerrero de Monclova. A pesar de ser un peligro fue dejado en libertad y volvió a atacar obligando a las autoridades a volverlo a enviar al encierro.
En otro caso, debido a su minoría de edad y un leve retraso mental, Karely, se consideró inimputable ante la justicia penal en torno al asesinato de la jovencita “Chelita” ocurrido el 5 de octubre de 2019 en la colonia Emiliano Zapata de Castaños. Esto a pesar que ella confesó haberla golpeado con un bate de béisbol.
La tarde del miércoles 4 de octubre del 2023, Alberto de 14 años apuñaló frente a sus compañeros de clase en la secundaria general número 1 “Rubén Humberto Moreira Flores” a la maestra de Español, María Eugenia de 59 años misma que fue llevada a un hospital. El terrible caso quedó grabado en una cámara de seguridad.
Estas tragedias tienen algo en común: Los responsables eran menores de edad; lamentablemente en México la ley consciente a los adolescentes infractores confundiendo derechos con impunidad.
Una estadística realizada por el departamento de Seguridad Pública de Monclova, Coahuila arrojó que, de 400 detenciones de menores, 10 de ellos perpetraron un delito; en tanto para la Fiscalía General del Estado (FGE) de Coahuila los índices delictivos entre mayores de 12 y menores de 18 van al alza.
Reforma fatal. La reforma de ley de justicia para adolescentes ha dejado mucho que desear luego de las recomendaciones del Fondo Internacional de Emergencias de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
Apenas 17 años atrás, la edad penal fluctuaba entre los 16 y 18 años de edad; eran castigados al igual que una persona adulta sea cual fuere el ilícito en que incurrió.
Sin embargo, luego que el organismo internacional, celebrara el 20 de noviembre de 1989 la convención de los derechos del niño en Nueva York, se determinó que los adolescentes no deben ser juzgados como mayores, ya que entre los múltiples puntos que se trataron se debatió el tema del sistema de responsabilidad penal de los menores de edad.
Por ello, durante la administración del presidente Vicente Fox Quezada se reformó el artículo 18 constitucional en el cual se lee: “En todos los procedimientos seguidos a los adolescentes se observará la garantía del debido proceso legal, así como la independencia entre las autoridades que efectúen la remisión y las que impongan las medidas.
Estas deberán ser proporcionales a la conducta realizada y tendrán como fin la reintegración social y familiar del adolescente, así como el pleno desarrollo de su persona y capacidades.
El internamiento se utilizará como medida extrema y por el tiempo más breve que proceda y podrá aplicarse únicamente a los adolescentes mayores de catorce años de edad, por la comisión de conductas antisociales calificadas como graves”.
También el siguiente texto aprobado por el congreso Constituyente: “La federación, los estados y el distrito federal establecerán, en el ámbito de sus respectivas competencias, un sistema integral de justicia que será aplicable a quienes se atribuya la realización de una conducta tipificada como delito por las leyes penales y tengan entre doce años cumplidos y menos de dieciocho años de edad, en el que se garanticen los derechos fundamentales que reconoce esta constitución para todo individuo, así como aquellos derechos específicos que por su condición de personas en desarrollo les han sido reconocidos. Las personas menores de doce años que hayan realizado una conducta prevista como delito en la ley, sólo serán sujetos a rehabilitación y asistencia social”.
Con ello se abrió una ‘Caja de Pandora’ en el país, pues nuestra situación dista mucho de la de otras naciones: a diferencia de los Estados Unidos de América que juzga y aplica la ley anteponiendo el bien común, sin distinción de edades, México acoge los tratados internacionales sin chistar. Nuestros vecinos del norte han sido criticados por los procesos a adolescentes de los más sonados el de Lionel Alexander Tate quien a la edad de 12 años, en 1999, mató a la niña de seis años, Tiffany Eunick, en Broward Florida y… ¿qué pasó? Lionel fue condenado en enero del 2001 a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, es el ciudadano más joven en recibir esta pena. ¿Y en México? Bueno...las autoridades fueron muy benévolas con “El Demonio” (caso descrito al inicio del presente artículo) siendo su crimen similar al de Tate ya que en dos ocasiones fue liberado y actualmente quedó libre, ya que su delito lo cometió ¡cuando fue menor!
Fatal año 2006. En el estado de Coahuila (El último en aceptar la legislación), fue hasta el 1º de septiembre del 2006, luego de darse prórroga a esta nueva reforma, que fue publicada la ley de justicia para adolescentes en el periódico oficial de la entidad, iniciándose una etapa, hasta la fecha, de solapamiento de los propios padres ante los brazos atados de las autoridades.
El primer descalabro que sufrió la sociedad y el sistema de justicia coahuilense, fue la liberación inmediata de aquellos que siendo menores llevaron a cabo asesinatos, entre ellos uno de los tres asesinos del doble homicidio del restaurante Ikura ocurrido el 7 de marzo del 2004.
Leyes ridículas. Hay quienes defienden la ley indicando que no fue encaminada para perjudicar o beneficiar a menores de edad, sino para hacer cumplir equitativamente la ley a todos y garantizar los derechos de los adolescentes.
Pero esto es solo una falacia: La reforma a poco menos de dos décadas de entrar en funciones ha sido muy benévola en cualquier circunstancia o comisión de delito por parte de un menor ya que en el artículo 172 refiere: “Sólo serán internados aquellos que incurran en delitos graves”.
Las penalidades se consideran tomando en cuenta las dos terceras partes de la mínima penalidad y las dos terceras partes de la máxima, en cualquier situación el castigo no excedería de 15 años por más brutal y espantoso que haya sido su delito.
Y por si fuera poco el artículo 223 del código de procedimientos penales menciona que no se deben violentar sus garantías.
A pesar de los alarmantes índices delictivos de adolescentes los defensores de esta ley argumentan que son sólo unos niños que no sabían el mal que hacían o no comprendían lo que sus acciones podrían desencadenar.
Pero, los familiares de sus víctimas ven con impotencia como quedan en libertad, tras haber violado, robado o asesinado y no se les aplican penas severas propiciando que reincidan en sus peligrosas conductas.
Ridículamente la legislación también prevé el anonimato para los delincuentes que oscilan entre los 12 y 18 años de edad dejando a la ciudadanía expuesta y sin saber quiénes pueden dañarlos en un futuro a pesar que son ampliamente reconocidos o ubicables por las autoridades.
El artículo 122 cita lo siguiente: “Serán confidenciales los hechos cometidos por adolescentes sometidos a esta ley. En todo momento deberán respetarse la identidad e imagen del adolescente; los jueces deberán procurar que la información que brinden sobre estadísticas judiciales no contravenga el principio de confidencialidad ni el derecho a la privacidad consagradas en esta ley”.
Sondeo. En un sondeo realizado la mayoría de los ciudadanos se pronunciaron a favor de penas más severas en contra de los jóvenes.
Algunos manifestaron que los diputados y senadores deberían trabajar en ese sentido al aprobar legislaciones en las que se castigue de acuerdo con la falta cometida a los adolescentes y promover modelos de rehabilitación más eficaces.
"El fenómeno de aumento de delitos por menores se debe al cambio de la cultura educativa y de información también en un sentido donde hay muchos video juegos agresivos y la comunicación entre los jóvenes ha cambiado" declaró el alcalde de Monclova Mario Dávila Delgado.
Lamentó los hechos agresivos que han ocurrido en instituciones educativas de Monterrey y Torreón y desgraciadamente ahora en Ramos Arizpe “Es una voz de alarma para tener más previsión en nuestros hijos, a veces se critica una operación mochila, pero eso previene situaciones de violencia a veces los padres no están de acuerdo". Para Abimabel Pérez, ex psicoterapeuta del Departamento de Seguridad Pública de Monclova, especializado en adolescentes, el problema de la delincuencia entre menores va más allá de una simple y trillada explicación del seno familiar: “No cabe duda que en materia de instrucción moral nuestra cultura moderna deja mucho que desear”.
Consideró que cada caso tiene un trasfondo y como ejemplo en los menores que cometen un homicidio culposo (Choque o atropellamiento) los padres tienen mucha responsabilidad.
“Es una imprudencia prestar el vehículo a un hijo de 15 años, sea lo más sensato que sea, no tiene edad para maniobrar un automóvil o un mueble más grande”.
Actualmente los tiempos y el entorno que rodea a los jóvenes también influye en desencadenar conductas ilícitas: “No dejarlos andar a altas horas de la noche y ver cualquier cambio en su comportamiento”.
El profesionista consideró que la mayoría de ellos realizan sus actividades ilícitas simplemente para llamar la atención, decir que están haciendo algo sobresaliente, al menos a su criterio.
Desgraciadamente hoy en día los mismos padres de familia que van a recoger a sus hijos detenidos a la comandancia lejos de reprenderlos tratan de justificarlos bajo el lema “Mi hijo es menor ¿por qué se lo trajeron?” pero… ¿Dónde está su responsabilidad de padres para evitar de raíz un arresto?
Sin embargo, aclaró en contraste, que hay padres que están tratando de corregir el rumbo de sus hijos y están decididos a inculcar valores morales como la honestidad, la valentía y la templanza.
“Cuando dialogaba con los padres que recogían a sus hijos, algunos se hacen la pregunta sobre en que han fallado para que el chico o la chica tenga ese comportamiento.
Por ello en un mundo sin valores, el psicoterapeuta recomienda siete soluciones cuya eficacia a quedado demostrada en varias ocasiones y que han sido publicadas en la revista Selecciones del Readers Digest:
1.- Dígale a sus hijos lo que usted valora: Muchos padres piensan que si aman a sus hijos y los tratan con amabilidad ellos sabrán comportarse. Por desgracia con tantos mensajes inmorales que andan flotando por ahí (principalmente redes sociales) no se puede dar por sentado que los chicos vivirán de acuerdo a los valores de sus progenitores. Por ello hay que platicar más.
2.- Explique las razones de sus reglas: El no dejar salir tarde a los jóvenes o prohibirles cosas que serían perjudiciales deben ser explicadas con las debidas razones para que el joven entienda el que no es una tiranía sino cuidarlos.
3.- Haga Hincapié en los sentimientos de los demás: “Si somos capaz de ponernos en el lugar de nuestro prójimo, nos moverá el fuerte impulso de ayudarlo cuando tenga problemas” explica el psicólogo. “ Si quiere inculcarle la empatía a sus hijos emplee con frecuencia la palabra sentir”.
4.- Reconozca el poder del sentimiento de culpa: En el mundo actual la culpa casi se ha convertido en una grosería. Se han escrito libros con el único fin de ayudar a la gente a deshacerse de este sentimiento supuestamente neurótico. Pero la culpa es la irritante voz de la conciencia. Cuando su hijo haga algo malo, no corra a reparar su maltrecha auto estima; deje que se sienta culpable un rato.
5.- Aliente la formación ética en las escuelas: Quizá se debe convencer a los directores de las escuelas de que impartan cursos de formación ética. También pueden presionar a los planteles educativos para que adopten programas de educación sexual en que se promueva la abstinencia.
6.- Cuente a sus hijos historias de héroes: Por fortuna aún existen todavía existen héroes auténticos en los cuentos populares, biografías y los clásicos infantiles. En estas historias se alienta a descubrir dentro de sí mismos ciertas capacidades cuya existencia desconocían.
“Desgraciadamente con demasiada frecuencia, se les ofrecen únicamente héroes chatarra que sobresalen no por sus virtudes, si no por su dinero y fama”.
7.- Que su vida sea el mejor ejemplo: A final de cuentas, si quiere inculcar un comportamiento ético, lo más importante no es lo que se dice, sino lo que se hace. Es bien sabido que pesa más en los hijos la conducta que las palabras de sus padres, incluso cuando la primera sea negativa.
Para el profesional de la psicología esto es determinante: “Criar hijos con valores morales en el mundo de hoy, tan lleno de confusión exige una valentía especial, con todo, cada uno debería aceptar el reto y la responsabilidad, con eso no fuera necesario ni siquiera una ley”.
Hace 17 años, las autoridades en Coahuila comenzaron a tolerar la delincuencia de menores, convirtiéndose en el único estado que se negó a seguir las recomendaciones de UNICEF para reformar la ley de menores.
Esta resistencia ha resultado en la confusión entre derechos y la impunidad, y tristemente, algunos ya han experimentado que el mal también puede ocultarse detrás de una sonrisa inocente, como todos los casos aquí descritos.