Hipócrates, describió por primera vez un dolor de cabeza allá por el siglo V antes de Cristo, explicando que el enfermo sentía un fuerte dolor en la parte derecha del cráneo que se suavizaba cuando vomitaba.
El médico persa Avicena (980-1037) dejó en sus escritos que el dolor de cabeza aumentaba cuando el enfermo realizaba cualquier movimiento, comía o bebía, y debía retirarse a una habitación oscura para evitar la luz y los ruidos que no soportaba hasta que desaparecía el dolor.
Pero el primero que utilizó la palabra “hemicránea” para definir el dolor de cabeza, fue Galeno (130-200), pues creía que el tejido que separa los dos hemisferios cerebrales impedía que el dolor de cabeza pasara de un lado a otro.
Esta palabra evoluciono en las diferentes lenguas hasta llegar en español a la palabra “migraña”.
La migraña es un tipo de dolor de cabeza que tiene una sintomatología asociada como son las nauseas, los vómitos y la sensibilidad a la luz o al sonido.
La migraña es una enfermedad del sistema nervioso
Pero la migraña no es solo un dolor de cabeza leve o grave, se considera una enfermedad del sistema nervioso.
Una alteración de la actividad cerebral puede provocar un ataque de migraña que comienza en el cerebro e implica a las vías nerviosas, afectando al flujo sanguíneo cerebral y a los tejidos que lo rodean.
Los nervios, los vasos sanguíneos o los químicos en el cerebro, se ven afectados temporalmente como consecuencia de ciertos factores ambientales o el estrés al que nos vemos sometidos diariamente, lo que hace que se produzca un episodio de migraña.
Por eso, algunas personas que sufren migraña pueden tener sensación de mareo o vértigo, cuando esto ocurre se llama migraña vestibular. El sistema vestibular se encuentra ubicado en el oído interno y está relacionado con el equilibrio y el control del espacio.
Además, es responsable de detectar los desplazamientos, giros o aceleraciones que realizamos.
“Varias sustancias implicadas en el dolor de la migraña también se han detectado en el sistema vestibular. Las personas migrañosas son más susceptibles a ciertos estímulos como la luz, el ruido, algunos olores… pero esto parece extenderse a estímulos de movimiento y orientación, lo que se traduce en que los pacientes que sufren migraña, son más propensos a tener mareo o vértigo”, explica la doctora Andrea Gómez García, especialista del Servicio de Neurología en la Unidad de Cefaleas de la Fundación Jiménez Díaz, y co-autora de Cefablog.
El cuadro característico de la migraña vestibular es la sensación de que el suelo se mueve, y se pierde el equilibrio lo que supone tener problemas para coordinar los movimientos. También puede afectar a los sentidos, especialmente al oído y a la vista.
Resumiendo, los síntomas principales de esta enfermedad son mareo, vértigo y dificultad con el equilibrio.
En algunas ocasiones, estos síntomas pueden venir acompañados de dolor de cuello, molestias al girar la cabeza, inclinarse o mirar hacia arriba; sensación de presión en la cabeza; zumbido en los oídos (tinnitus) o problemas de visión.
“Estos episodios pueden llegar a ser muy incapacitantes ya que la duración puede ser de varias horas e incluso días, aunque sólo duran escasos minutos, y asimismo pueden presentarse varias veces al día, si bien puede ser mucho más esporádico”, añade la especialista.
Migraña: entre los 10 y 40 años, y más en mujeres
La migraña suele aparecer entre los 10 y los 40 años, y afecta especialmente a las mujeres, suele ser hereditaria, la mayoría de personas que sufren migraña tienen antecedentes familiares con esta afección.
Puede desencadenarse por otros factores como la variación en los niveles hormonales durante el ciclo menstrual; no descansar suficiente; tener estrés o ansiedad sea por la causa que sea; ciertos olores y perfumes y algunos alimentos y bebidas como la cafeína, el alcohol, algunos productos lácteos o el chocolate, por ejemplo.
Es importante conocer que desencadena un episodio de migraña vestibular para poder controlarlo y garantizar una recuperación satisfactoria.
Una vez diagnosticado el tipo de migraña, si los episodios que ocurren son poco frecuentes o poco molestos, el especialista no verá necesario un tratamiento farmacológico, será suficiente con evitar los desencadenantes, y hacer ejercicio físico regularmente.