Los huesos, como el resto del cuerpo, se desgastan con el paso del tiempo, pudiendo llegar a ocasionar un dolor y una incapacidad desmesuradas.
Esta patología se conoce como ‘artrosis’, la enfermedad articular más frecuente en España, unos 7 millones de afectados, según datos de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
De hecho, según advierte el doctor Juan José Lerma Garrido, jefe del servicio de Reumatología del Hospital Quirónsalud Valencia, hasta un 25 % de la población mayor de 60 años podría presentar procesos de artrosis motivados por el desgaste óseo.
Un desgaste que se produce como consecuencia de la fricción y del roce mecánico en las articulaciones a lo largo de los años.
“La artrosis es una patología que no solo afecta a la vejez, cualquiera puede padecerla de forma prematura. Se caracteriza por dolor articular en relación con situaciones de vida cotidiana y pérdida de capacidad de funcionalidad en el paciente. Puede afectar a cualquier articulación, siendo más frecuente en las rodillas, la columna vertebral, las caderas o las manos. Tiene lugar porque se desgasta el cartílago articular de forma progresiva”, explica el reumatólogo.
Desde la SER recuerdan en este sentido que esta patología reumática incrementa su incidencia con la edad, siendo más frecuente en la mujer y en las personas predispuestas genéticamente, aunque la entidad asegura que puede prevenirse y evitar su progresión.
Tratamiento fundamental: modificar hábitos de vida
Así, el doctor Lerma remarca que la base del tratamiento de la artrosis se basa fundamentalmente en dos pilares.
Medidas higiénico-dietéticas y de estilo de vida y un tratamiento farmacológico específicamente dirigido.
En relación con el primer apartado, una modificación del estilo de vida es recomendable, haciendo especial hincapié en que una forma de proteger nuestras articulaciones y de aumentar la fuerza de nuestros músculos es a través del ejercicio, aconsejando fundamentalmente andar o nadar, así como ir en bicicleta.
Por ejemplo, cita que la obesidad es una de las causas de la enfermedad y favorece un progreso más rápido, por lo que defiende que una reducción de peso siempre será favorable, así como mantener una dieta saludable y equilibrada.
El jefe del servicio de Reumatología del Hospital Quirónsalud Valencia recuerda que en la actualidad hay diferentes medicaciones tanto para tratar los síntomas más discapacitantes como para ralentizar esa progresión de la artrosis.
Se trata de geles, cremas, infiltraciones locales, analgésicos y los llamados fármacos modificadores de enfermedad, autorizados específicamente como tratamiento sintomático de la artrosis, para la reducción del dolor, la mejoría de la función articular, nutrir y fortalecer el cartílago de las articulaciones, pudiendo ralentizar los procesos de la artrosis.
“Los avances en el tratamiento de las diferentes y variadas patologías reumáticas han experimentado notable avance y mejoría. En la actualidad, se disponen de fármacos capaces de controlar la sintomatología de los procesos artrósicos y de nutrir y de fortalecer el desgaste de las articulaciones”, valora.
A su juicio, la clave reside en definir un diagnóstico lo más preciso y precoz posible, para plantear los mejores y más novedosos tratamientos con el objetivo último de ofrecer y favorecer la mejor calidad de vida para las personas.
Precisamente, el servicio de Reumatología de Quirónsalud Valencia es pionero en la sanidad privada de la Comunidad Valenciana en el uso de fármacos que inyectados dentro de las articulaciones enlentecen el proceso evolutivo del desgaste de la artrosis.
Enfermedad reumática en edad pediátrica
Ahora bien, tal y como advierte el doctor Lerma, las patologías reumáticas no son solo propias de la vejez.
En la infancia también se producen enfermedades inflamatorias crónicas que pueden dar síntomas a nivel de las articulaciones o afectar a otros órganos o sistemas.
En este sentido, la doctora Clara Requena, pediatra especialista en reumatología infantil de Quirónsalud Valencia subraya que hoy en día el origen o la causa de este tipo de patologías “no está muy claro”.
“Se cree que todo es una conjunción de factores como la predisposición genética, los factores ambientales, un sistema inmunológico más o menos reactivo, o bien los desencadenantes infecciosos que pueden hacer aparecer la enfermedad”, señala.
Por ello, esta especialista recomienda acudir al pediatra ante una inflamación articular, el dolor tras el reposo y que mejora con el ejercicio, o bien ante un enrojecimiento y aumento de temperatura con respecto a la articulación contraria, y rigidez.