Las cuatro válvulas del corazón son las responsables de hacer circular la sangre. Para ello se abren y se cierran. No es lo frecuente, pero, a veces, pueden fallar. Ante estos casos, la solución más habitual es la colocación de una prótesis valvular, a través de una intervención quirúrgica.
Pero, en ocasiones, puede fallar esa unión entre el implante y el tejido del corazón del paciente dando lugar a pequeñas fugas de sangre en el corazón y al mal funcionamiento de la prótesis valvular.
Este sería el caso de Macarena (nombre ficticio), una paciente de 65 años que fue intervenida en el año 2000 de una sustitución de la válvula mitral. Desde hace dos años presentaba de nuevo problemas relacionados con su corazón; concretamente, una insuficiencia periprotésica mitral severa y una estenosis aórtica severa. Inicialmente, se trató la válvula aórtica mediante un implante de prótesis aórtica transcatéter (TAVI) con un buen resultado y una mejora clínica.
No obstante, en los últimos meses había presentado un deterioro importante de los síntomas de insuficiencia cardiaca, siendo la principal causa una la fuga perivalvular de la prótesis mitral.
Cerrar la fuga del corazón
Para esta complicación poco frecuente, que puede revestir gravedad se ha desarrollado en los últimos años un procedimiento de alta complejidad técnica denominado de ‘cierre de leak mitral’ -básicamente cerrar dicha fuga en el corazón mediante un cateterismo (como se explica en detalle más adelante-.
Tras esta última intervención, esta paciente presentó “una mejoría inmediata”, celebran los doctores Rafael García de la Borbolla y Mariano García de la Borbolla, del Servicio de Cirugía Cardiovascular y Endovascular del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, expertos en esta técnica.
En concreto, según el registro de la sección de Hemodinámica de la Sociedad Española de Cardiología, en España se realizaron en el año 2020 un total de 117 procedimientos de cierre de leak mitral. Se trata de una intervención, eso sí, que no puede realizarse en todos los pacientes, por lo que siempre se requiere un estudio previo por parte de los especialistas.
Alta complejidad en los procedimientos
“Se trata de procedimientos con alta complejidad técnica que requieren equipos multidisciplinares que incluyen cardiólogos intervencionistas, cirujanos cardiovasculares, cardiólogos expertos en imagen cardiaca y anestesistas, entre otros”, resaltan los expertos del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa.
Concretamente, detallan que la fuga perivalvular es una complicación que puede aparecer en el 1-5% de los pacientes intervenidos de una sustitución valvular. Lo último es su tratamiento por vía percutánea, evitando así una reintervención quirúrgica de alto riesgo.
“La mayor parte de las veces estas fugas son pequeñas y no tienen implicaciones clínicas, si bien cuando el defecto es grande se produce una insuficiencia perivalvular importante que condiciona la aparición de insuficiencia cardiaca refractaria al tratamiento convencional”, mantienen los cirujanos cardiovasculares.
Una alternativa segura a la reintervención
Es más, sostienen que en algunos de estos pacientes la reintervención quirúrgica supone una cirugía de alto riesgo. Para evitarlo, se han desarrollado técnicas percutáneas para el tratamiento de estas complicaciones, como la que le realizaron a Macarena.
Este tipo de intervenciones, según explica Mariano García de la Borbolla, son “complejas” y se realizan guiados por rayos X y por un ecocardiograma transesofágico en 3D. Para ello se suele sedar a los pacientes y, guiados por los rayos X, se dirigen los catéteres hacia la fuga en el corazón del paciente, donde se coloca un nuevo dispositivo en forma de paraguas o champiñón para cerrar la fuga.
“Hay que localizar la fuga con las imágenes y desde la región inguinal se accede a la misma a través de un catéter para colocar un dispositivo que consigue sellar la fuga y que mejora la insuficiencia que se producía”, precisa Rafael García de la Borbolla.
Según subraya, se trata de “enhebrar el orificio al lado de la válvula con un pequeño tubito o catéter para colocar el dispositivo de cierre desde la región femoral, con toda la dificultad que ello entraña. Este tipo de procedimientos no se habían realizado en la sanidad privada andaluza hasta ahora”, apunta este experto de Quirónsalud Infanta Luisa.
Lo habitual en estos casos es que disminuya de manera importante el grado de insuficiencia mitral y el paciente mejore. Tras la intervención el paciente suele pasar las primeras horas en la unidad de cuidados intensivos y si no hay complicaciones, puede ser dado de alta a los pocos días del procedimiento.