Gobernador informa de al menos 28 heridos, incluyendo un bebé de 11 meses, familia de las dos víctimas mortales.
Un bombardeo ruso mató este viernes a un niño de 10 años y a su abuela en Járkov, en el noreste de Ucrania, al día siguiente de que la misma región sufriera uno de los ataques más mortíferos contra civiles desde que empezó la invasión.
"El cuerpo de un niño de 10 años fue encontrado entre los escombros", indicó en Telegram el ministro ucraniano del Interior, Igor Klymenko, que agregó que su abuela también había muerto.
El gobernador regional, Oleg Synegubov, dio cuenta por su parte de al menos 28 heridos, incluyendo un bebé de 11 meses que es familia de las dos víctimas mortales.
Dos edificios de viviendas resultaron dañados y un inmueble residencial de tres pisos fue destruido. Según la policía, ambas construcciones fueron alcanzadas por dos misiles balísticos Iskander.
Un fotógrafo de la AFP vio lo que parecía el fragmento de uno de los misiles en el fondo de un gran cráter en una de las calles del centro de la ciudad, que quedó lleno de escombros y de vehículos de civiles volcados o calcinados.
La víspera, al menos 52 personas, entre ellas un niño de seis años, murieron en un bombardeo en Groza, también en la región de Járkov, donde los habitantes se habían reunido para el velatorio de un soldado, según el último balance ofrecido por el gobernador.