Sombras, Payaso o Esclavo y amo son algunas de las canciones que seguramente has escuchado cantar con nostalgia o mencionar a tus abuelos, papás o tíos. Estas letras no pudieron encontrar mejor intérprete que la voz de Javier Solís, con quien se hicieron famosas.
Aunque su apogeo duró sólo una década, pues murió en 1966 en la cima de su carrera como cantante y actor a los 34 años, se posicionó como uno de los artistas más famosos de México.
Javier Solís fue su nombre artístico, pues el verdadero era Gabriel Siria Levario, joven inquieto de origen humilde que nació el 1 de septiembre de 1931 en la capital, aunque por algunos años se creyó que era originario de Nogales, Sonora, de ahí su apodo El yaqui romántico.
Su carrera brillante se vio interrumpida por su muerte prematura a los 34 años.
Su padre era panadero y su madre comerciante. A la edad de un año su padre los abandonó, fue cuando su madre decidió dejarlo al cuidado de sus tíos que tenían su casa en el barrio de Tacubaya, donde creció y estudió hasta el quinto año de primaria, pues tuvo que dejar la escuela para trabajar y ayudar con los gastos de la casa.
Desde los 11 años entró a trabajar algunos meses en una panadería de nombre El Imperio, y luego fue ayudante de carnicero, boxeador, estudiante de canto y de guitarra. En notas de este diario publicadas al día siguiente de su muerte, se afirma que también fue carpintero y mecánico.