El 6 de septiembre es el Día Mundial de la Medicina Estética. Las uñas son uno de los principales focos del cuidado personal y, sin embargo, a veces no le prestamos demasiada atención a su salud.
La dermatóloga Lourdes Navarro, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), en una entrevista concedida a EFESalud, aborda la salud de las uñas y recuerda la importancia de prestarle atención a esta zona, así como alerta de los peligros que corremos si no estamos pendientes de su cuidado.
La uña tiene múltiples funciones: protección, rascado… Pero también cumple un cometido estético muy importante cuya fama se ha extendido en los últimos años con las manicuras permanentes, los esmaltes de porcelana, las uñas “semipermanentes” y postizas.
La uña como “chivata” de enfermedades
“La uña puede ser la clave para detectar enfermedades importantes”, apunta la doctora Lourdes Navarro.
Si bien el estado de nuestra uña puede indicarnos la existencia de una patología subyacente, también puede ser el reflejo de determinados problemas locales. Entre los últimos, lo más frecuente suele ser la infección por hongos u onicomicosis, sobre todo por el hongo cándida.
Lo ideal es acudir al especialista médico correspondiente en caso de tener alguna duda o percibir algún síntoma extraño en nuestras uñas.
“En los niños hay determinadas manifestaciones en las uñas que inmediatamente nos avisan para poder descartar determinadas enfermedades congénitas. En los adultos las uñas pueden ser la manifestación de algo que está ocurriendo localmente, es decir, algo que está ocurriendo en la uña, o pueden ser la manifestación de una enfermedad sistémica: un tumor, una insuficiencia cardiaca, una insuficiencia hepática… “, expone Lourdes Navarro.
Sensibilización al acrilato: El verdadero problema
Pese a que las infecciones por hongos y demás problemas locales pueden ser molestos y deben ser tratados, la experta incide en la gran importancia de la sensibilización a los acrilatos.
Los acrilatos son sustancias líquidas empleadas en las manicuras semipermanentes, permanentes y de porcelana, sobre todo. Sin embargo, la doctora Navarro previene sobre su uso inadecuado y asiduo, ya que puede causar alergias que sensibilicen al consumidor.
La sensibilización a los acrilatos se puede llegar a convertir en un problema grave a largo plazo, ya que estos productos químicos se utilizan en ciertos dispositivos médicos utilizados para tratar enfermedades importantes. Si nuestra piel se acostumbra a ellos, el tratamiento requerido no surtirá el mismo efecto.
¿Cómo evitar esta sensibilización?
La complicación de evitar las manicuras con acrilatos reside en que no se trata del producto empleado, sino de la técnica que lleva a cabo la persona que hace la manicura.
Los acrilatos, tal y como nos explica la dermatóloga, requieren un secado o polimerización que suele realizarse con luz led o ultravioleta. Si se seca adecuadamente, la posibilidad de sufrir alergias disminuye.
Cabe destacar que el riesgo no es únicamente para las uñas y la piel que las rodea. Si tocamos nuestra cara o cualquier zona del cuerpo con una manicura hecha con una técnica inadecuada, esta también puede sensibilizarse a los acrilatos.
La doctora avisa a las chicas jóvenes que compran sus propios kit de manicura de este riesgo, así como a los profesionales que se dedican a realizarlas y tienen un contacto repetitivo con estos productos.