Los operativos en Ciudad Juárez iniciaron el viernes, luego de una reunión binacional que contó con la participación de Francisco Garduño, comisionado del INM
Al otro lado del Río Bravo, en el lado de Estados Unidos, cientos de migrantes pernoctan a la intemperie o en pequeñas chozas habilitadas con cobijas, sábanas y cartón, esperando ser ingresados para solicitar asilo.
A pesar de la presencia de la Guardia Nacional de Texas y el alambre de púas, así como de los operativos que iniciaron el viernes en México con elementos del Instituto Nacional de Migración y policías municipales, las personas en movilidad continúan cruzando la línea divisoria.
En la llamada "Puerta 36" del muro fronterizo hacen fila los migrantes. Debido a que están en espera de entregarse, no reciben agua ni alimento, por lo que se ven obligados a retornar a México a comprar. Y lo hacen a través de un hueco en el alambre de púas que, según dijeron, los mismos elementos de la Guardia Nacional de Texas abrieron para permitirles adquirir víveres. Pero si se encuentran en el lado mexicano y observan a los agentes migratorios y policiales, corren hacia el río para evitar ser detenidos.
"Si tienes permiso o no tienes permiso, aquí la orden de ellos es mandar a uno pa' Tapachula, pa' Chiapas", comenta Alfredo Suárez, de Colombia, quien ante el calor que continúa registrándose en la frontera salió del campamento para ir a comprar en el lado mexicano bebido y comida."Tenemos que correr pa' que no nos deporten, (porque) nos agarran y nos mandan pa' abajo, lejos". Cuenta que durante la mañana del domingo, el INM se llevó aproximadamente a 50 personas que se encontraban cerca del bordo."Venían caminando y no vieron la combi. Llegaron y los montaron, por eso es que nosotros tenemos que estar así pendientes, por si vienen".
Los operativos en Ciudad Juárez iniciaron el viernes, luego de una reunión binacional que contó con la participación de Francisco Garduño, comisionado del INM, y la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, así como representantes del gobierno municipal y de Estados Unidos.
En el área donde esperan entregarse a las autoridades norteamericanas, los mismos migrantes se organizaron con listas para anotar a todo el que va llegando y así subir a los camiones dispuestos por EU.Aquí aguantas sol y penurias, tres, cuatro días pa' poder salir acá, pero la bendición de Dios es la buena", dice el colombiano, quien estima que son al menos 2 mil migrantes los concentrados en el punto 36.
Suárez recuerda haber caminado unos 200 kilómetros de Chiapas a Juchitán, porque sufrió rechazo por parte de unidades de transporte, y luego consiguió llegar hasta Huehuetoca, Estado de México, donde tomó el tren.