Un nuevo estudio realizado en el Reino Unido arroja luz sobre la persistente y enigmática afección conocida como "Covid prolongado", que afecta a un considerable porcentaje de personas que han superado la infección por COVID-19.
Los investigadores de las prestigiosas universidades de Oxford y Leicester han encontrado evidencia que sugiere que los coágulos de sangre en el cerebro y los pulmones podrían estar relacionados con algunos de los síntomas más comunes de esta condición, incluida la confusión mental y la fatiga.
El estudio se centró en 1.837 personas que habían sido hospitalizadas debido al COVID-19 y que posteriormente experimentaron síntomas prolongados.
Se descubrió que dos proteínas sanguíneas, el fibrinógeno y el fragmento de proteína dímero D, estaban asociadas con coágulos sanguíneos, lo que podría explicar los problemas cognitivos que enfrentan algunos pacientes.
Estos hallazgos respaldan la teoría de que los coágulos de sangre desempeñan un papel crucial en los problemas cognitivos que persisten después de la infección.
Uno de los datos más impactantes del estudio es que aproximadamente el 16% de las personas que fueron hospitalizadas debido al COVID-19 informaron dificultades para pensar, concentrarse o recordar durante al menos seis meses después de su recuperación. Estos problemas cognitivos pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de los afectados.
El profesor Paul Harrison de la Universidad de Oxford, autor principal del estudio, señaló que si bien estos hallazgos son prometedores, aún se necesita más investigación para comprender completamente las complejidades del COVID prolongado y desarrollar tratamientos efectivos.
También enfatizó que esta afección podría derivarse de una combinación de problemas de salud preexistentes, la gravedad de la enfermedad aguda y sus consecuencias a largo plazo.
El Dr. Simon Retford, quien experimentó complicaciones relacionadas con el COVID-19, compartió su experiencia personal y destacó los efectos persistentes que ha experimentado, incluyendo problemas de concentración, memoria a corto plazo y fatiga.
El estudio también encontró que las personas con niveles elevados de dímero D, una proteína asociada con la coagulación sanguínea, experimentaron no solo confusión mental, sino también cansancio extremo, dificultad para respirar y problemas para mantener el empleo.
Esto sugiere que la relación entre los coágulos de sangre y el COVID prolongado es más compleja de lo que se pensaba inicialmente.