La muerte de dos migrantes causó desaliento y tristeza entre el grupo de indocumentados que habían convivido en el camino con ellos, pues apenas en la noche los escucharon platicar en la misma orilla del tren donde perdieron la vida.
Luis Noguera Duarte, un migrante venezolano, narró que los dos jóvenes durmieron a un costado de los rieles y, en la madrugada, al pasar una unidad, los golpeó fuertemente que murieron, y al encontrarlos ellos, que también dormían unos metros alejados, pensaron que estaban dormidos, pero no, estaban muertos.
Recordaron a Raúl Alfredo “N”, de 22 años de edad y nacionalidad salvadoreña, y Tito Dale “N”, de 23 años, originario de Honduras, como personas entusiastas y solidarias, pues un día antes, estuvieron llevando agua para las familias que se atrasaban y usaban su celular para ubicar las ciudades donde iban pasando, por lo que estaban tristes por lo sucedido.