La hipertensión, comúnmente conocida como presión arterial alta, es una condición médica silenciosa, pero potencialmente peligrosa que afecta a millones de personas en todo el mundo.
La presión arterial puede ser elevada por factores alimenticios, entre los más conocidos se encuentra la sal, pero el azúcar también puede elevarla.
La presión arterial alta se produce cuando la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias es excesiva, y puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas y renales, así como de otros problemas de salud graves, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La hipertensión es una enfermedad que a menudo pasa desapercibida, ya que la mayoría de las personas no experimentan síntomas evidentes.
Esto significa que muchas personas pueden sufrir daños en el corazón y los riñones sin siquiera saber que tienen presión arterial alta, advierte el servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Según datos de la OMS, aproximadamente el 46 % de los adultos con hipertensión no son conscientes de su condición, lo que subraya la importancia de realizar controles regulares de la presión arterial. Las personas con presión arterial extremadamente alta pueden experimentar síntomas como dolores de cabeza intensos, dolor en el pecho, mareos, dificultad para respirar, náuseas y cambios en la visión, lo que destaca la necesidad de un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado.
Uno de los factores que las personas a menudo asocian con la presión arterial alta es la dieta, específicamente la cantidad de sal y azúcar que consumen.
Un estudio realizado por expertos estadounidenses reveló que el azúcar añadido puede tener un impacto más significativo en la presión arterial que la sal. Los investigadores encontraron que los azúcares añadidos, especialmente la fructosa, tienen una capacidad mayor que la sal para aumentar la presión arterial.
Los refrescos y las bebidas de frutas, que a menudo contienen jarabe de maíz con alto contenido de fructosa, fueron identificados como fuentes significativas de este aditivo. El estudio incluso sugiere que el consumo elevado de azúcar durante períodos prolongados aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y multiplica por tres el riesgo de morir por estas afecciones.
Entonces, ¿cómo se puede controlar la presión arterial alta sin recurrir a medicamentos? La Mayo Clinic ofrece algunas recomendaciones clave:
Ejercicio regular: Realizar actividades aeróbicas como caminar, trotar, andar en bicicleta, nadar o bailar puede ayudar a reducir la presión arterial.
Dieta saludable: Una alimentación rica en granos integrales, frutas, verduras y productos lácteos bajos en grasa, junto con la limitación de grasas saturadas y colesterol, puede reducir significativamente la presión arterial.
Controlar el consumo de alcohol: Limitar la ingesta de alcohol a una copa al día para las mujeres y dos copas al día para los hombres puede contribuir a una presión arterial más baja.
Dejar de fumar: El tabaquismo aumenta la presión arterial, por lo que dejar de fumar no solo beneficia la salud general, sino que también puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas.
Aunque tanto la sal como el azúcar pueden afectar la presión arterial, la investigación sugiere que el azúcar añadido, en particular la fructosa, puede tener un impacto más negativo en la salud cardiovascular.
Mantener un estilo de vida saludable con una dieta equilibrada y la práctica regular de ejercicio sigue siendo fundamental para prevenir y controlar la hipertensión arterial.
No obstante, siempre es aconsejable consultar a un profesional de la salud para obtener orientación y tratamiento personalizado en caso de presión arterial alta.