El vicario indicó que el proyecto de hacer una Casa del Migrante en la región, se mantiene
Una vergüenza que los agentes de migración traten a los migrantes como delincuentes cuando a nivel internacional se considera como exiliados o refugiados y son protegidos por las leyes, destacó Jorge Salvador Guzmán Cortés, vicario de la Diócesis en la región Centro. "Desgraciadamente, estas autoridades abusan de su competencia para intimidar o lesionar los derechos y libertades de los migrantes, por eso la importancia de que personas de distintas instituciones como la iglesia católica, de la Organización de Naciones Unidas y las organizaciones civiles estén observando dichas prácticas para denunciarlas", sostuvo.
El vicario hizo referencia al episodio vivido hace unos días con más de 2 mil migrantes que viajaban irregularmente en los vagones del tren, en los techos de los mismos o en las góndolas y fue interceptado en Monclova al mediodía, pero el Instituto Nacional de Migración esperó hasta la noche para realizar el operativo contra migrantes ocasionando que en la oscuridad las personas corrieran entre el monte hiriéndose.
Insistió en que debe respetarse al migrante, darle un trato digno y, el migrante también debe respetar las leyes y protocolos que existan.
A nivel mundial la migración ha crecido y se espera aumente más, de acuerdo a expertos, dijo, porque de acuerdo a estudios geopolíticos en el futuro habrá más éxodo de personas por problemas de guerra, de escasez, cambio climático, por política, entonces, hay que prepararse en la atención a los grupos de migrantes y al cuidado de la patria, ya que llegan en calidad de refugiados y se debe cuidar y respetar sus derechos.
El vicario indicó que el proyecto de hacer una Casa del Migrante en la región, se mantiene, aunque de momento no es necesaria, porque es suficiente con la casa de asistencia en la parroquia de San Juan de los Lagos, en Frontera, donde les brindan a los migrantes, asistencia en alimentación, atención sanitarias, primeros auxilios, hidratación y ropa, todo ello gracias a la generosidad de la misma comunidad, de Cáritas de Monclova, y de la presidencia municipal.