En el marco del Día Mundial de la Alimentación (16 de octubre), el experto en Nutrición y Dietética del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, Eder Manuel Rodríguez, señaló la importancia de corregir los malos hábitos de alimentación diarios, a fin de prevenir el desarrollo de enfermedades como el sobrepeso, la obesidad y las afecciones crónicas que de ambos problemas se derivan.
En principio, se refirió a la falta de actividad física que contrasta con la ingesta excesiva de calorías diariamente, y que no produce ningún tipo de “déficit calórico”, por lo tanto se registra una ganancia de peso corporal.
Por lo anterior, dijo que es importante aprender a medir las porciones de los alimentos que se consumen diariamente, en este sentido el Plato del Buen Comer dijo, es muy útil toda vez que prioriza la ingesta de frutas y verduras sin dejar de incluir alimentos de todos los grupos.
Señaló que otro mal hábito alimenticio es dejar pasar mucho tiempo entre una y otra comida o bien “brincarse” alguna hora de alimento, lo que genera una mayor necesidad de ingerir alimentos en la siguiente ocasión que el organismo pueda consumir comida.
Las llamadas “colaciones” dijo pueden ser una opción mientras sean un alimento sano y bajo en calorías con lo cual se busca disminuir la sensación de apetito o ansiedad por comer.
Uno de los momentos más importantes para ingerir alimentos es el desayuno, el cual incluso se recomienda sea más copioso que el resto de las comidas que se programan al día.
El omitir alguna de las comidas, advirtió que puede propiciar una lentitud en el metabolismo o incluso el generar una mayor apetito nocturno lo cual genera un mayor almacenamiento calórico.
Otra recomendación para modificar los hábitos de alimentación comentó es evitar masticar la comida muy rápido lo cual puede incluso también facilitar el desarrollo de reflujo o acidez, así como evitar combinar la ingesta de alimentos con las de bebidas de forma repetida.
Para lograr una alimentación sana, reiteró que en cada comida se deben incluir frutas, verduras, legumbres, así como cereales, proteínas de origen vegetal y mesurar el consumo de grasas y azúcares, así como beber por lo menos ocho vasos de agua natural al día.
Así mismo es importante controlar el consumo de sal, toda vez que lo máximo debe ser de tres a cinco gramos como máximo.
Se estima que dos de cada 10 personas, presentan deficiencias nutricionales debido a una mala calidad de su alimentación.