Son muchas las personas que relacionan la palabra cáncer con enfermedades graves, tratamientos agresivos y la muerte; pero más aun cuando se habla de cáncer metastásico, un cáncer que invade otras partes del cuerpo.
“La metástasis es un proceso que ocurre en el cáncer cuando las células de un tumor adquieren la capacidad de desprenderse y viajar a otros lugares del cuerpo, usando los vasos del sistema linfático o del sistema sanguíneo”, explica la doctora María Guadalupe Cervantes Sánchez, jefa del Servicio de Oncología Médica del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, y profesora de posgrado en el área de Oncología Médica en la Facultad de Medicina de la UNAM para unamiradaalaciencia.unam.mx
“En un tumor, las células se encuentran pegadas entre sí, pero en un momento de la enfermedad el mismo tumor libera sustancias que hacen que se pierda la adherencia de las células y que éstas se desprendan y viajen hacia otros sitios; por ejemplo, a los ganglios linfáticos cercanos o a otro órgano del cuerpo. Al estar en ese órgano distante, las células cancerosas tienen la capacidad de proliferar y formar un nuevo tumor”, agrega la especialista.
¿Cuándo ocurre la metástasis?
La metástasis puede ocurrir en todos los tipos de cáncer; sin embargo, depende de las características de cada tipo. Por ejemplo, existen cánceres que son muy agresivos y, desde que los tumores son muy pequeños, sus células ya tienen la capacidad de desprenderse y moverse hacia otros órganos.
Uno de los factores más importantes para que esto suceda es el avance de la enfermedad. Un tumor diminuto, que mide sólo unos milímetros, no tiene la misma capacidad de metástasis que un tumor grande de varios centímetros en el que ya hay billones de células cancerosas.
Cuando son pocas las células cancerosas que viajan por el torrente sanguíneo o los vasos linfáticos, existe la posibilidad de que el sistema inmune elimine esas células. Pero cuando los tumores son muy grandes o muy agresivos y la enfermedad ha avanzado mucho, el sistema inmune ya no tiene la misma capacidad para combatir a las células cancerosas.
La importancia del tratamiento
Entre los diferentes tipos de cáncer hay algunos que son más agresivos y tienen más capacidad para producir metástasis. Entre ellos se encuentra el melanoma, el cáncer de próstata, de mama, pulmón, colon, riñón e hígado. También los tumores germinales, como el cáncer de testículo que, al tener una reproducción muy rápida, tienen más potencial para migrar a otros lugares del cuerpo.
Sin embargo, este tipo de cánceres suelen responder mejor a los tratamientos de quimioterapia y son potencialmente curables, incluso cuando ha habido metástasis. Por ejemplo, el cáncer de testículo es curable en 80 % de los casos aunque esté en fase metastásica.
La doctora Cervantes Sánchez advierte que, en muchas ocasiones, a pesar de que el cáncer se detecte en etapas tempranas y se reciba un tratamiento radical, puede haber células cancerosas que permanezcan latentes durante varios meses o incluso años. Más adelante estas células pueden “despertar”, reproducirse y conllevar a una metástasis.
Por lo anterior, la especialista insiste en que es muy importante que se lleve a cabo una vigilancia adecuada, y que el paciente reciba todos los tratamientos para ayudar al sistema inmune a terminar con todas estas células y disminuir la posibilidad de una recaída.
¿Hay esperanza?
Son más los cánceres incurables cuando hay metástasis que aquellos que sí son curables. Sin embargo, recibir el diagnóstico de un cáncer que ya hizo metástasis no es sinónimo de muerte ni de fase terminal. Existen medicamentos que ayudan a los pacientes a sobrevivir durante años y con buena calidad de vida, aun cuando tengan una enfermedad metastásica.
En todos los casos, la clave para mantener más tiempo la salud es la prevención y el diagnóstico temprano. El cáncer de mama es curable en 80 % de los casos cuando se diagnostica oportunamente.