Apenas el año pasado fue la tercera mejor tenista del mundo
La llegada de Maria Sakkari y Stefanos Tsitsipas puso a Grecia en el mapa del tenis. Ni de cerca, el ‘deporte blanco’ es el más popular en su país. Sin embargo, para la tenista número nueve del mundo, las raquetas, la pelota y la cancha, es algo que lleva en la sangre. No solo porque su madre practicó el deporte de manera profesional, también, porque nació con un talento especial, ese que con trabajo y constancia la llevó a ser la mejor tenista mujer en la historia griega.
Angeliki Kanellopoulou, madre Sakkari, llegó hasta el número 43 del ranking y jugó hasta la tercera ronda de Roland Garros en la década de los ochenta. Eleni Daniilidou fue top 20 y alcanzó la posición 14 de la clasificación de la WTA, pero cuando María arribó al circuito lo cambió todo. Apenas el año pasado fue la tercera mejor tenista del mundo y aunque ahora mismo batalla para regresar a su mejor momento, su jerarquía la ha convertido en una leyenda.
“Yo diría obviamente porque mi mamá también era jugadora profesional”, responde Sakkari con una sonrisa a ESTO cuando se le cuestiona por qué decidió convertirse en tenista. Pero se toma una pausa, respira y continúa: “no solo eso, creo que es que yo tenía un talento especial y era capaz de llegar a ser un muy buena jugadora. No simplemente decides y te conviertes en una. Requiere mucho trabajo y mucho esfuerzo. Y aquí estoy hoy, supongo”.