La dispraxia es un trastorno del desarrollo de la coordinación motora. Suele aparecer en la infancia y es uno de los principales trastornos del neurodesarrollo. Quienes padecen la dispraxia pueden tener dificultades para realizar movimientos que para algunos serían automáticos como atarse los cordones, peinarse o cepillarse los dientes.
La dispraxia presenta síntomas evidentes como torpeza, descoordinación y lentitud motoras que interfieren con la vida cotidiana y el desarrollo. La dispraxia puede también presentar síntomas como problemas para mantener la postura y dificultades sociales.
La dispraxia se clasifica en varias categorías dependiendo del problema que causa:
- Ideomotora dispraxia: Completar tareas motoras de un solo paso, como peinarse y diciendo adiós.
- Dispraxia ideatoria. Puede causar problemas con tareas de varios pasos, como cepillarse los dientes, hacer la cama, poner la ropa en orden, así como abotonarse y el pandeo.
- Oromotora dispraxia. Dificulta la coordinación de los movimientos musculares necesarios para pronunciar palabras
- Dispraxia Constructional. Dificulta el establecimiento de relaciones espaciales, por ejemplo, ser capaz de colocar con precisión o mover objetos de un lugar a otro.
No existe cura para la dispraxia, pero detectarla de manera temprana puede ayudar a que se otorguen terapias adecuadas para atacar el problema y mejorar la capacidad de una persona para funcionar y tener éxito de manera independiente.