El VIH, el virus que causa el sida, no se puede erradicar del organismo. Por eso las personas con VIH están obligadas a tomar un tratamiento durante toda su vida para controlar la reserva de células infectadas por el VIH que pueden resurgir si se interrumpe el tratamiento.
Durante mucho tiempo se pensaba que estos reservorios estaban inactivos, pero dos grupos independientes de investigadores presentan en la revista 'Cell Host & Microbe' los resultados de dos estudios en los que se muestra que un subconjunto de estas células produce espontáneamente ARN del VIH y proteínas que pueden afectar las respuestas inmunes específicas del VIH de los pacientes.
«Es un virus engañosamente inactivo», señala el inmunovirólogo Daniel Kaufmann, del Hospital Universitario de Lausana (Suiza) y la Universidad de Montreal (Canadá), y autor principal de uno de los artículos. «Incluso en las personas que reciben tratamiento, el VIH continúa teniendo cierta actividad y continúa interactuando con el sistema inmunológico. Tenemos que entender si estas interacciones en curso tienen consecuencias clínicamente relevantes».
Estudios anteriores han demostrado que cuando las células reservorio del VIH latentes se reactivan en el laboratorio, producen proteínas y ARN viral, pero no estaba claro si este fenómeno estaba ocurriendo en las personas con VIH.
Con el objetivo de resolver esta incógnita, los investigadores obtuvieron muestras de sangre de 18 personas con VIH que había seguían la terapia antirretroviral durante más de 3 años.
A continuación, utilizaron un método de laboratorio -citometría de flujo de ARN- para clasificar las células CD4+ o T «colaboradoras» (el tipo de célula que el VIH infecta selectivamente) en función de si estaban infectadas con el VIH y, además, si estaban produciendo activamente ARN y proteínas del VIH.
Los investigadores también caracterizaron las células T según su función (por ejemplo, si eran del tipo de célula T auxiliar que combate los virus intracelulares o del tipo que combate las bacterias extracelulares) para determinar si algún subtipo de células T CD4+ tenía más probabilidades de albergar reservorios de VIH.
«Nuestra técnica nos permite observar las células individuales para ver si contienen el virus y qué partes del virus expresan», explica Mathieu Dubé, inmunovirólogo de la Universidad de Montreal y primer autor del artículo. «Para cada paciente, podríamos estimar cuántas de estas células siguen activas y también podríamos buscar asociaciones entre las características virales y las características celulares».
Los investigadores encontraron que 14 de los 18 pacientes tenían reservorios de VIH que producían ARN viral espontáneamente. En 7 de los 18, los reservorios virales también produjeron proteínas virales, incluida p24, un componente de la cubierta del VIH.
«La mayoría de los virus que permanecen en el cuerpo son virus defectuosos o basura que realmente no pueden multiplicarse, pero descubrimos que estos virus defectuosos aún pueden producir ARN viral y, a veces, proteínas», asegura Kaufmann.
Aunque estos fragmentos de ARN viral y proteína eran desechos no funcionales, los investigadores descubrieron que eran suficientes para estimular una respuesta inmune. Dado que respuestas inmunes específicas al VIH más fuertes se asociaron con reservorios de VIH más activos, los investigadores sospechan que esta respuesta inmune puede ser inútil, pero se necesita más investigación para probar esa hipótesis.
«Los datos sugieren que el ARN y las proteínas producidos por estos reservorios virales podrían ser impulsores de la inflamación» -explica Kaufmann-.
En su opinión, esto podría ser importante porque un «subconjunto de personas que reciben tratamiento exitoso con terapia antirretroviral para el VIH todavía tienen consecuencias negativas de vivir con la infección, por ejemplo, enfermedad cardíaca acelerada, fragilidad y osteoporosis prematura».
Cuando se investigó qué tipos de células T CD4+ tenían más probabilidades de albergar reservorios virales activos, descubrieron que los reservorios activos de VIH estaban alojados en células T con una variedad de fenotipos y funciones, aunque algunos tipos tendían a portar más virus que otros.
Aunque todos los pacientes del estudio eran hombres blancos, los investigadores observaron una variación sustancial entre los pacientes. Dicen que los estudios futuros deberían investigar más a fondo estas diferencias entre pacientes e investigar los reservorios del VIH en un conjunto más diverso de pacientes.