Una de cada cinco personas en el mundo está en riesgo de padecer insuficiencia cardiaca, una enfermedad que no tiene cura pero que de ser diagnosticada y tratada oportunamente evita muertes prematuras y da calidad de vida a los pacientes.
"Es una enfermedad que podemos tratar y mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus familias", dijo este lunes en conferencia de prensa virtual Jean-Luc Eiselé, director ejecutivo de la Organización Mundial del Corazón.
Explicó que la insuficiencia cardiaca es una falla severa en el corazón, la cual impide que este órgano bombee la sangre al cuerpo de manera eficiente.
Entre los síntomas que produce esta enfermedad están la dificultad para respirar, la fatiga e hinchazón de extremidades.
En el mundo afecta a 26 millones de personas, pero se estima que otros 37,7 millones también la padecen pero no están diagnosticadas y es la principal causa mundial de ingresos hospitalarios evitables.
El problema, dijo Eiselé, es que en medio de la pandemia por coronavirus los enfermos con insuficiencia cardiaca pueden tener peores expectativas si enferman de la COVID-19, lo que se complica debido a que muchas personas tienen miedo de acudir a los hospitales si presentan síntomas.
La cardióloga Carolyn Lam Su Ping señaló que también una de las problemáticas es que, en etapas tempranas, es probable que los síntomas no sean tan claros para los pacientes.
Sin embargo, la principal preocupación ahora es que, de acuerdo con los científicos, se ha mostrado que el daño más grave del nuevo coronavirus puede ser en el corazón.
Poca conciencia
A pesar de ser la principal causa mundial de ingresos hospitalarios evitables, una encuesta encargada por AstraZeneca -en asociación con la Federación Mundial del Corazón (WHF)- mostró poca conciencia entre los responsables políticos de la carga social y económica de la enfermedad.
También evidenció la poca conciencia entre el público sobre los signos y síntomas de insuficiencia cardíaca.
Lam Su Ping lamentó que también los especialistas, muchas veces, pasan por alto los síntomas tempranos.
Por lo que "necesitamos exámenes, pruebas objetivas, necesitamos estar mirando el corazón para ver si está funcionando normal", manifestó.
Señaló que esto es fundamental para llevar a cabo un diagnóstico y tratamiento oportuno.
Tratamiento oportuno
La especialista admitió que en la actualidad existen terapias efectivas que modifican la enfermedad y la detienen un poco.
Estamos hablando de calidad de vida, por lo que hemos añadido medicamentos nuevos y otros estándar" que pronto marcan "la diferencia", aseveró.
En tanto, Marc Bains, paciente que fue diagnosticado cuando tenía 23 años con insuficiencia cardiaca, exaltó la importancia de humanizar la enfermedad, trabajar en conjunto con las instituciones y empoderar al paciente.
En tanto, Eiselé dijo que es necesario visibilizar la enfermedad y crear conciencia en las autoridades de salud para acabar con las brechas que existen todavía para detectar oportunamente la insuficiencia cardiaca.
Mientras que la doctora explicó que los especialistas deben estar al tanto de los tratamientos innovadores, pues muchas veces no se están dando los fármacos adecuados.
"Llevar la medicina correcta al paciente correcto en la dosis correcta. Hoy con los medicamentos su calidad de vida mejora. Tenemos medicamentos que pueden prevenir la insuficiencia cardiaca, el compromiso es acercarlos a todos", puntualizó.