Una uña enterrada se presenta cuando el borde de una uña se adentra en la piel del dedo del pie. Esto puede pasar por varios factores como que los zapatos no ajustan bien y las uñas del pie que no se arreglan adecuadamente son las causas más comunes. La piel alrededor de la uña suele ponerse roja e infectarse. La uña del dedo gordo del pie suele ser la más afectada pero cualquier uña del pie puede resultar encarnada.
Cuando las uñas del pie se arreglan demasiado cortos o los bordes quedan redondeados en lugar de quedar recortados derecho, la uña puede enroscarse y enterrarse en la piel. Hurgar o desgarrar en las esquinas de las uñas también puede causar una uña del pie encarnada.
Para tratar en casa una uña enterrada se puede empapar el pie con agua caliente de 3 a 4 veces al día de ser posible. El resto del tiempo mantenga el dedo seco. Se puede aplicar también un ligero masaje en la parte hinchada y colocar un trozo de algodón o seda bajo la uña, moje el algodón con agua o antiséptico.
Algunas personas nacen con uñas encorvadas y tienden a enterrarse en la piel. Otras tienen uñas del pie que son demasiado grandes para sus dedos. El aplastamiento del dedo del pie u otras lesiones también pueden llevar a que la uña se encarne.
Las uñas de los pies deben recortarse de manera cuidadosa para evitar que estas se entierren. Para esto debes empapar brevemente el pie con agua caliente para ablandar la uña. Debes recortarlas con un cortaúñas limpias y afilado, recorta las uñas de manera recta a lo largo de la punta y trata de no redondear demasiado.
En caso de tener la uña ya enterrada no trate de recortarla por sí mismo ya que eso podría empeorar la situación. Consulte a su médico en caso de intensa molestia. En caso de ser necesario, el médico extraerá la uña y esta volverá a crecer de dos a cuatro meses después y el médico otorgará un tratamiento con antibióticos para evitar infecciones.