A veces hay cosas que no podemos controlar. Puede ser el clima en tus vacaciones, un vuelo atrasado, el pasado o una situación incierta que no depende de ti. Son situaciones que están fuera de nuestro control, pero todos conocemos esa sensación de querer hacer algo al respecto, aunque sabemos que es imposible.
No es raro preocuparse ni está mal procurar que las cosas nos salgan bien, pero llegar al punto donde pensar en algo que no puedes controlar afecta tu vida diaria de manera dramática, ya es un problema en sí mismo. Es por eso que te traemos algunos tips para dejar de preocuparte por cosas que no puedes controlar y mejor centrar tu energía en algo que sí puedas hacer.
Tips para dejar de preocuparte por cosas que no puedes controlar
Es verdad que las situaciones que nos preocupan se disparan a veces. Por ejemplo, le pasó a gran parte del mundo en pandemia cuando nuestra ansiedad subía al 100 preocupándonos por cosas que simplemente no podíamos hacer mucho para cambiar. Pero podemos tener esa sensación en varias ocasiones del día a día y no es bueno ni sano tener una vida así.
Estos son los tips para dejar de preocuparte por cosas que no puedes controlar. Recuerda que “la distracción es excelente como defensa de primera línea contra la preocupación”, como comenta Elana Cairo, psicóloga clínica de Nueva York para el portal Well+Good.
1. Sé consciente de que SÍ puedes hacer
Suena obvio, pero hacer esta diferencia de manera consciente puede hacerte sentir mucho mejor. Lo mas importante, comenta el sitio web Country Living, es hacer una introspección de qué podemos controlar y qué realmente no. Ciertos resultados están fuera de nuestras manos y solo podemos hacer las cosas con lo que tenemos.
El mismo sitio recomienda “comenzar a usar un diálogo interno positivo, notando todas las cosas brillantes que haces todos los días, por ti misma y todos los que te rodean”. Hay que hablarnos a nosotras mismas como lo hacemos con un ser querido, esto nos ayudará a tratarnos con preocupación y cariño en lugar de exigir de más y portarnos crueles.
2. No puedes “adivinar” las cosas
Existen muchas situaciones que son literalmente imposibles de cambiar o resolver, como los pensamientos de los demás, el pasado o los escenarios hipotéticos.
Sí se puede procurar que el rumbo del futuro vaya lo mejor posible, pero no puedes cambiar las cosas a tu voluntad; tampoco ganas nada con preocuparte por algo que tal vez no pasará. Es mejor centrarse en lo que podemos hacer hoy para llegar a donde queremos.
Pensar constantemente en escenarios catastróficos puede ser un síntoma de un trastorno de ansiedad. Si es tu caso, considera buscar la ayuda de un especialista.
3. Acepta las cosas
Encontrar paz en saber que no puedes controlar las cosas reduce el miedo, ansiedad y estrés por lo que no se puede cambiar, por lo que es uno de los mejores tips para dejar de preocuparte por cosas que no puedes controlar.
Si no puedes cambiar lo vivido, las situaciones o acciones de los demás, puedes cambiar tus propios pensamientos y el significado que tú le das a los eventos, conclusiones, expectativas y opiniones.
4. No te hagas cargo de los demás
BetterHelp recomienda que es mejor que aceptes que otras personas pueden enfrentar sus propios peligros o consecuencias, pero también pueden enfrentar alegría o entusiasmo por sus acciones. Recuerda que no tienes necesariamente la culpa de ninguno de los resultados de las personas externas.
5. Ejercicios
Lo mejor para dejar de preocuparte por cosas que no puedes control es tener una mente ocupada, por lo que Country Living recomienda participar en actividades que ayuden a mantenerte firme como la meditación, ejercicio o cualquier cosa que te guste, que disfrutes y te ayude a despejar tu mente.
Los ejercicios de respiración pueden ser útiles; son una técnica que ayuda a distraerse de los pensamientos ansiosos. Por ejemplo, puedes hacer lo siguiente. En una posición cómoda, en flor de loto, cierra los ojos con las manos sobre las rodillas. Inhala lentamente, cuenta hasta seis y exhala lo mas lentamente posible. El punto de este ejercicio es concentrarse únicamente en la respiración y en las sensaciones que ésta causa; respira 6 rondas de 6 segundos para tranquilizarte.
Al “volver al presente” regularás tu sistema nervioso y te dará tranquilidad para explorar tus inquietudes en un estado de sobriedad emocional, ayudándote a encontrar soluciones de calidad, menciona el sitio.
Otra opción es investigar acerca de disciplinas asociadas con la espiritualidad, la paz mental y la relajación, como el yoga o el ‘mindfulness’ (la atención plena).
6. Pon límites
Prioriza tu salud mental. El mismo sitio recomienda que si ciertas noticias, aplicaciones, redes sociales, conversaciones o eventos provocan preocupación o ansiedad, considera reducir su consumo.
La acción constante de priorizar tu salud mental implica saber poner límites en todas las relaciones de tu vida: en el trabajo, la familia, los amigos o con tu pareja. Básicamente, hablamos de dibujar líneas que no se deben cruzar para respetar qué es lo que quieres o necesitas en tu vida, con qué cosas puedes lidiar y cuáles no.
7. Una caja de preocupaciones
Escribir tus pensamientos puede ayudarte a procesarlos y comprenderlos mejor. Puedes hacerlo con un diario que lleve recuento de tus preocupaciones o con este ejercicio que recomienda BetterHelp.
Cuando te des cuenta de que te preocupa una situación que no puedes controlar, anótala en una pequeña hoja de papel. Colócala en una cajita pequeña para no tenerla a la vista todo el tiempo. Una vez con el papelito dentro, comprométete a mantenerla fuera de tu mente. Programa un tiempo para volver a ver y considerar estas situaciones nuevamente más adelante.
Notarás que le darás menos importancia a sus preocupaciones. Y una vez que leas algo que ya no te cause un sentimiento, deséchalo.
8. Asesoría profesional
No tienes por qué lidiar con tu ansiedad sola, la terapia está ahí para mejorar tu vida y darte herramientas que te ayuden a lidiar con las preocupaciones que sueles tener.
Si lo requieres, antes de ir directo con el especialista acércate con un familiar o amigo de confianza que te apoye en tu camino a priorizar tu salud mental.