Cashman hizo una evaluación apropiada.
“Un desastre”, así definió hace unos días Brian Cashman, gerente de New York Yankees, a la temporada 2023 del combinado neoyorquino, al tiempo de señalar que “no se sentía orgulloso”, que estaba “decepcionado”, “frustrado” y “molesto”, por una temporada a la que llamó “horrorosa”, al tiempo de también apuntar a que “no le desearía lo que está viviendo a nadie”.
Cashman hizo una evaluación apropiada, dadas las circunstancias, de lo que ha sido una temporada para el olvido para los Yankees, en medio de un año de altas expectativas que no pudieron ser cumplidas y quedando prácticamente un mes de campaña regular, parece que no lo serán. En 2023, las fallas de los Yankees fueron expuestas por completo y el equipo con la segunda mayor nómina del béisbol está muy cerca de quedarse fuera de la postemporada por primera vez desde 2014.
La pregunta obligatoria ante tan lúgubre escenario es ¿dónde fallaron los Yankees?, y la realidad es que hay mucha culpa para repartir, iniciando por una pobre construcción de roster, lo cual es responsabilidad de Cashman, un horrible desempeño ofensivo, el cual se vio acentuado con la ausencia por lesión de Aaron Judge, un cuerpo de abridores cuya única constante ha sido Gerrit Cole y decisiones cuestionables tomadas por el dirigente Aaron Boone.