Una Corte Federal concedió a Texas dejar su barrera flotante en el Río Bravo, esta es una victoria para el estado que revocó la orden de un juez federal.
Una Corte federal de Apelaciones concedió el jueves por la noche la solicitud de Texas de dejar su barrera flotante en el Río Grande, una victoria para el estado que revocó la orden de un juez federal emitida un día antes.
El juez de Distrito federal David A. Ezra dictó el miércoles que Texas debe retirar una serie de boyas, instaladas para disuadir a los migrantes de cruzar el Río Grande, poniéndose del lado del Gobierno federal después de que demandó al estado por colocar la barrera en una vía fluvial internacional.
La oficina del gobernador Greg Abbott apeló inmediatamente el fallo de Ezra ante la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos.
En una declaración después de conocer la orden de Ezra el Gobierno estatal estableció que “está preparado para llevar esta lucha hasta la Corte Suprema de Estados Unidos”.
“La decisión judicial de hoy simplemente prolonga la negativa voluntaria del presidente Biden a reconocer que Texas está dando un paso al frente legítimamente para hacer el trabajo que debería haber estado haciendo todo el tiempo”, dice la declaración. “Continuaremos utilizando todas las estrategias para asegurar la frontera, incluido el despliegue de soldados de la Guardia Nacional de Texas y del Departamento de Seguridad Pública y la instalación de barreras estratégicas”.
Al emitir una orden judicial preliminar para eliminar la barrera, Ezra escribió: “El gobernador Abbott anunció que no estaba 'pidiendo permiso' para la Operación Lone Star, el programa antiinmigración bajo el cual Texas construyó la barrera flotante. Desafortunadamente para Texas, el permiso es exactamente lo que exige la ley federal antes de instalar obstrucciones en las aguas navegables del país”.
La Corte federal de Apelaciones con sede en Nueva Orleans concedió la solicitud del estado de suspender la orden judicial temporal, pero no proporcionó más detalles. Aún no se ha fijado una fecha para la audiencia.
La hilera de boyas de 300 metros de largo, separadas por hojas de sierra dentadas y que sostienen una red de malla sumergida, ha flotado en medio del río junto a Eagle Pass desde julio, lo que provocó protestas tanto del Gobierno mexicano como de defensores de los inmigrantes.