Los galardones a lo mejor del cine mexicano se entregarán en Guadalajara
MEJOR ACTRIZ
Puede darse que esta categoría de un premio póstumo, si es que en la votación resulta triunfadora Martha Aura, quien falleció el año pasado.
La actriz fue elegida por su trabajo en “Coraje”, cinta por la cual también obtuvo, en vida, el Mayahuel a Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara del año pasado, ciudad donde este sábado se realizará la ceremonia del Ariel.
En el filme dirigida por su hijo Rubén Rojo, da vida a una actriz que va perdiendo la vista y, con eso, oportunidades para seguir arriba de un set. Fue su último trabajo cinematográfico y curiosamente, representa su primera nominación al Ariel.
La categoría también contempla a dos monstruos de la actuación: Arcelia Ramírez y Julieta Egurrola, por “La civil” y “Ruido”, respectivamente. Y ambas lo hacen por personajes con motivos parecidos, que es la búsqueda de sus hijas en un pais azotado por la violencia y el narcotráfico.
La primera ha tenido un año de ensueño al ser homenajeada en los festivales de Guadalajara y Morelia y hacer teatro. Ahora está en su octava nominación al Ariel, premio del cual tiene una por “Perfume de violetas” (2001). Entre sus nominaciones pasadas se encuentran sus trabajos en “Cilanto y perejil”, “Potosí” y “Verónica”.
Egurrola, en tanto, cuenta también con un premio de tres posibles. Lo ganó en 1997 por “Profundo carmesí” y se quedó nominada por “Principio y fin” y “Crónica de un desayuno”.
Karla Souza accede a la categoría por su papel en “La caída”, filme sobre los abusos hacia las mujeres, en este caso enmarcado en el contexto del deportes de los clavados. La actriz de “Nosotros los nobles” ha dicho que el filme ha ayudado a que quienes pasen por lugares similares, no tengan miedo y denuncien.
Natalia Solián, por la multinominada “Huesera”, cierra la categoría. Interpretar a una mujer que muestra los miedos por los que pasa una mujer al ser madre, no fue fácil porque también era confrontarse a si misma de algo que no se habla por tabú.
MEJOR ACTOR
Dice Daniel Giménez Cacho que hubo un día, en plena filmación, en que simple y sencillamente no supo cómo interpretar a su personaje de documentalista en “Bardo, falsa crónica de unas cuantas verdades”. Le dieron un tiempo y no daba, hasta que decidió confiar y entendió que sólo debía dejarse llevar.
Con cinco premios Ariel en sus vitrinas, es de los actores más galardonado por la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. Los consiguió por “Cronos”, dirigida por Guillermo del Toro; “Profundo carmesí”; “Aro Tolbukhin, en la mente del asesino” y “Colosio, el asesinato. Esta es su décima nominación.
En la categoría de Mejor Actor, cuyo resultado final se dará este sábado en una ceremonia a realizarse en Guadalajara, también están los experimentados Álvaro Guerrero por “La civil” y Hernán Mendoza por “La caja”.
Guerrero forma parte del mundo en que una mujer busca desesperada a su hija, sabiendo que además de no poder encontrarla, pone en peligro su vida. Y Hernán es alguien que de pronto parece ser una persona que es ampliamente buscada por un presunto hijo.
Gerardo Trejoluna con “El norte sobre el vacío”, es el cuarto candidato. Le toca interpretar al hombre que, hace algunos años, defendió a su rancho de un grupo de narcos que se lo pedían. El hombre original falleció no sin antes hacerles frente a los mafiosos y causarles algunas bajas. En este filme cuenta con alguien más que lo auxilia en su labor.
Cuauthli Jiménez cierra la categoría por “Finlandia”, en la que interpreta a un muxe. La cosa no fue sencilla, porque por respeto debía aprender del comportamiento de este grupo oaxaqueño en el cual los hombres adoptan roles femeninos, incluida su ropa y manera de comportarse.
Para el actor de “El señor de los cielos” en su debut en los Ariel, a diferencia del resto de sus colegas, que ya saben lo que es estar desfilando por la alfombra roja y ver su nombre proyectado al anunciarse la categoría.
¿El posible ganador? La crítica dice que está entre Giménez Cacho y Trejoluna. La decisión está en los académicos.