'Escuchar al cliente y entenderlo ahí el secreto'.
Raúl García Farías es el propietario y cantinero de la cantina "El Rinconcito" uno de los negocios de este giro clásicos donde hace las veces hasta de psicólogo y donde se dan cita desde trabajadores hasta personalidades monclovenses. Trato amable y calidad en el servicio caracterizan a este comerciante de la calle Cuauhtémoc de la zona centro.
¿Cómo decidió emprender en el negocio de Bares y Cantinas?
"Por azares del destino, fue una palabra de hombre a hombre y a un cantinero le había faltado dinero y le recomendé venderla y le dije que yo se la podía comprar y fue ahí cuando se hizo la compra venta y hasta entonces, pues aquí estoy atendiendo mi negocio que se ha convertido en una de las más tradicionales".
Su cantina es de las más tradicionales de la zona centro de Monclova ¿Cómo ha mantenido la buena reputación del negocio y lejos de problemas?
"Seleccionando a tu clientela, tú sabes a quién le vendes y a quién no. Ves a la persona y sabes si hay problema y quien no, debería estar dentro. Con eso se evitan infinidad de problemas que no solo te afectan a ti como vendedor sino a la misma clientela que lo más importante es cuidarla que se hallen en un ambiente tranquilo. Aquí la mayor parte es gente grande, no hay drogas".
En la cantina muchas veces se tiene que hacer el psicólogo ¿Hay personas que buscan el consejo en la barra?
"Sí que lo buscan, pero hay que ser muy discreto con todo lo que platican porque son cosas familiares y del trabajo, insisto que hay que tener cuidado de lo que se hable mucha gente puede oír y trato de darles el mejor consejo y que ya no lo cuenten más delante. Mucha gente se ha ido contenta con el simple hecho de soltar todo lo que traen encima y les agobia".
¿Cuáles son los problemas más comunes que se miran entre los clientes y que buscan desahogar en el trago?
"Principalmente, son problemas de trabajo y familiares, referentes a los hijos, a la esposa, la manera en que llevan el matrimonio. Muchos llegan devastados por los problemas maritales y buscan en el alcohol un alivio temporal a sus penas".
¿La crisis de AHMSA le ha pegado a los negocios de este giro?
"Por supuesto, las ventas han bajado hasta un 50 por ciento porque no nada más fue Altos Hornos, sino también, los proveedores, las constructoras y la gente foránea que se hospeda en la zona hotelera y deja tú, no hay tantas entradas en el negocio y los pagos siguen siendo los mismos, me refiero al agua, la luz y no se diga los impuestos".
¿Cómo ha logrado sortear esta etapa económica por la que está pasando Monclova y la Región Centro?
"Administrando más el dinero de las ganancias, cuidar más la luz, los recursos, el agua, tratar de economizar sin dejar a un lado la calidad del servicio, que es lo más importante".
¿Qué productos son los que más se venden en su negocio? ¿La cerveza o el licor?
"El negocio es la cerveza, pero en un 30 por ciento, la gente grande consume el licor, más que nada el tequila "pelón", en caballito, ya ni con soda lo quieren".
¿Actualmente sirve la clásica botana al mediodía?
"Claro que sí, guisado de puerco todos los sábados, cambia mucho la clientela, mucha raza solo iba a los bares o cantinas para la comida. También servimos el pollo en crema, la discada con tortillas de maíz y de harina".
¿Es indispensable tener toda la papelería en regla para evitarse problemas con la ley?
"Es una obligación estar al corriente con las disposiciones de municipio y estado que han dado muchas facilidades actualmente. Hay negocios que pagan en parcialidades los refrendos y eso es un aliviane".