Se le imputan tres cargos: fraude, lavado y cohecho. Hoy se emite sentencia
Ciudad de Guatemala. El expresidente guatemalteco Otto Pérez Molina aceptó este miércoles los cargos de fraude, lavado de dinero y cohecho que la fiscalía le imputa y que fueron cometidos durante su mandato entre 2012 y 2015.
“Acepto los tres delitos que se me imputan”, dijo Pérez Molina ante la jueza Eva Recinos, quien emitirá su sentencia más tarde.
Pérez Molina renunció al cargo en 2015 tras varias acusaciones de corrupción y protestas masivas que exigían su salida del gobierno junto a todo su gabinete.
La fiscalía acusó en varios casos a Pérez Molina y lo identificó como líder de una estructura criminal que defraudó al Estado. En una de sus indagaciones el Ministerio Público estableció varios hechos, entre ellos, recibir regalos comprados con fondos públicos de parte de sus ministros y aceptar sobornos de uno de los puertos del país. La fiscalía estimó en más de 50 millones de dólares lo defraudado por el exmandatario.
“Yo no vine aquí a presentar excusas, ni a defenderme. Yo por eso pedí la audiencia de aceptación de cargos”, dijo el expresidente, aunque rechazó haber recibido sobornos o regalos comprados con fondos públicos.
Pérez Molina está en prisión desde 2015 por varias acusaciones. Su abogado defensor, César Calderón, pidió que se lo condene a menos de 40 meses de cárcel pues la ley de aceptación de cargos reduce hasta la mitad las penas.
Calderón dijo que en la investigación no se aportó ninguna prueba ni testigo que probara que su defendido había recibido sobornos o dinero producto de algún delito.
Por su parte, el Ministerio Público (Fiscalía) solicitó una pena de 22 años de prisión y una multa de 4 millones de quetzales (500 mil dólares).
En 2022, Pérez Molina fue condenado a 16 años de prisión por un caso de defraudación aduanera ocurrida entre 2012 y 2015, conocido como “La Línea” y el cual provocó la caída de su gobierno.