La cleptomanía es un síntoma caracterizado por la dificultad persistente de resistir el impulso de tomar objetos ajenos que, generalmente, no tienen valor y que no son necesarios para la persona que se los adueña.
Los niños y niñas con cleptomanía pueden sustraer repetidamente objetos sin ningún motivo aparente, y con frecuencia se sienten avergonzados o culpables después de cada hecho.
A diferencia de los llamados pequeños robos ocasionales, que suelen darse en la infancia, que pueden ser por curiosidad y son comportamientos esperables del desarrollo, la cleptomanía implica un más allá.
Los pequeños “robos” suelen ser cometidos por niños y niñas en edades tempranas y pueden variar en su gravedad, desde tomar objetos pequeños de las casas de amigos o negocios hasta cosas de la escuela o de otros lugares. Estos actos están vinculados a la curiosidad y deseo infantil de tener algo que no se tiene, un juguete por ejemplo.
En estas edades los niños y niñas comienzan a desarrollar un sentido de lo que está bien y lo que está mal a través de la interacción con sus cuidadores. Todavía no tienen un entendimiento completo de la ética por ello no se trata de robos porque están comenzando a internalizar normas básicas de comportamiento.
En general, ante estas travesuras las familias enseñan a devolver el o los objetos prestados y pedir disculpas por el hecho cometido. Los niños y niñas aprenden a través de la imitación y la observación de las reacciones de sus padres y adultos cercanos.
En cambio, la cleptomanía en la infancia o en la adolescencia puede ser un síntoma de un problema subyacente más profundo.
El objeto tomado por el cleptómano, a diferencia de los pequeños ”robos” en la infancia, no tienen por objeto lograr un beneficio inmediato. El objeto tomado no se usa, se esconde o deja a la vista para contemplar.
El valor no se encuentra en el objeto en sí mismo por el contrario está puesto en el gesto de extraer, sacar al otro, hacer mío lo del otro.
La palabra gesto viene del latín gestus (llevado, traído consigo) era usada para referirse al lenguaje corporal de las personas. El gesto cleptómano es tomar para sí, sin que los descubran, invistiendo (otorgando a alguien de cierta cualidad o apariencia) al objeto sustraído de una carga emocional subjetiva.
Hay muchos casos de personas famosas a las que se ha descubierto en actos como estos. Un ejemplo es Lindsay Lohan que fue acusada en 2008 de robar un abrigo. Al año siguiente fue interrogada tras la desaparición de unas joyas en una sesión de fotos que protagonizó y en 2011, las cámaras de seguridad de una joyería fueron testigos de cómo la actriz robó un collar. En 2013 volvieron a acusarla de robar una joya de Liz Taylor.
Se podría suponer que estas personas tienen facilidad y acceso, por su posición social, a obtener estos objetos, pero aún así toman los pertenecientes a otras personas.