El derrame ocular se refiere a la acumulación de sangre en el ojo, específicamente entre la conjuntiva y la esclerótica, no se trata de algo grave, salvo cuando se acompaña de otros síntomas como dolor de cabeza.
Este ocurre por la ruptura de los vasos sanguíneos, generando una lesión hemática en la parte anterior del ojo que es sostenida por la conjuntiva, que no permite que salga al exterior ni que traspase la córnea.
El derrame ocular puede ser causado por una variedad de factores, como inflamación, lesiones oculares, presión arterial alta, enfermedades sistémicas, como el síndrome de ojo seco y alergias.
Generalmente, el derrame ocular es benigno y la sangre suele desaparecer en algunas semanas.
Sin embargo, cuando el derrame ocular es acompañado por dolor de cabeza, puede ser un síntoma de una condición médica subyacente, como glaucoma o una enfermedad ocular inflamatoria.
El glaucoma es una afección ocular grave que puede dañar el nervio óptico y provocar pérdida de visión si no se trata adecuadamente.
Los síntomas del glaucoma pueden incluir dolor de cabeza, visión borrosa, dolor en el ojo y derrame ocular.
La enfermedad ocular inflamatoria también puede causar dolor de cabeza y derrame ocular, junto con síntomas como visión borrosa, dolor en el ojo y enrojecimiento ocular.
Es importante hablar con un médico si experimenta un derrame ocular acompañado de dolor de cabeza, ya que estos síntomas pueden ser indicativos de una afección grave y requieren atención médica inmediata.
La lesión en la conjuntiva desaparece en el transcurso de los días o semanas, porque se va reabsorbiendo poco a poco conforme a su tamaño. Si el ojo se encuentra irritado, se pueden indicar lágrimas artificiales. El uso de antibióticos o corticoides no ofrece ninguna mejoría significativa.
Si tienes dudas sobre el derrame ocular y sus síntomas, acude con un médico para que juntos puedan valorar su aparición para poder prevenirlos o prevenir la aparición de otra enfermedad más grave.