El impacto del astro ha sido inmediato.
Lionel Messi ha tomado por asalto el futbol en Estados Unidos. Más allá de todas las expectativas que generó su llegada al Inter Miami, el argentino ha superado lo imaginado, dándole un título a su equipo (Leagues Cup) y poniéndolo a las puertas de otro, a pesar de recalar en una franquicia que antes del anuncio de su fichaje era la peor de la MLS con diferencia.
El impacto del astro ha sido inmediato, no ha requerido tiempo de adaptación y mucho menos analizar el contexto, desde el comienzo ha dejado su huella de la mano de un entrenador que ya conocía por la selección y el Barcelona, su compatriota Gerardo Martino y de un par de futbolistas con los que también compartió en el Camp Nou: Sergio Busquets y Jordi Alba.
Leo no pasa por Norteamérica sólo como una escala previa a su retiro y ha demostrado que bastaban nuevos aires para retomar la versión que ofreció hace apenas unos meses, cuando llevó a su país al campeonato del mundo en Qatar, para coronar una de las trayectorias más importantes de la historia.