La próstata es una glándula en forma de nuez que se encuentra debajo de la vejiga en los hombres. A medida que los hombres envejecen, la próstata puede experimentar cambios que no necesariamente son indicativos de cáncer. Es importante comprender qué son estos cambios y cómo pueden afectar la salud masculina.
¿Qué son los cambios no cancerosos en la próstata?
Los cambios no cancerosos en la próstata son comunes en los hombres mayores de 50 años. La próstata puede agrandarse o inflamarse, lo que se conoce como hiperplasia benigna de próstata (HBP) o prostatitis, respectivamente.
La HBP es una afección que ocurre cuando la próstata crece y comprime la uretra, lo que puede provocar problemas urinarios como la necesidad frecuente de orinar, la dificultad para comenzar a orinar y una sensación de no vaciar completamente la vejiga.
La prostatitis es una inflamación de la próstata que puede ser causada por una infección o por otros factores. Los síntomas pueden incluir dolor al orinar, dolor en la zona entre el escroto y el ano, fiebre y escalofríos.
¿Cómo se detectan los cambios no cancerosos en la próstata?
Los cambios no cancerosos en la próstata se pueden detectar mediante un examen rectal digital (ERD) y análisis de sangre. Durante un ERD, un médico inserta un dedo enguantado en el recto del paciente para palpar la próstata y detectar cualquier anormalidad.
El análisis de sangre puede incluir el antígeno prostático específico (PSA), que es una proteína producida por la próstata. Los niveles elevados de PSA pueden indicar problemas de próstata, aunque no siempre son un indicador de cáncer.
Tratamiento para los cambios no cancerosos en la próstata:
El tratamiento para los cambios no cancerosos en la próstata dependerá del tipo y la gravedad de la afección. La HBP puede tratarse con medicamentos o, en casos más graves, con cirugía. La prostatitis puede requerir antibióticos u otros tratamientos.
Es importante que los hombres consulten a un médico si experimentan síntomas como problemas urinarios o dolor en la zona de la próstata. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida.