Un reciente estudio realizado por Cleveland Clinic revela un fenómeno común entre los hombres: evitar acudir al médico a toda costa.
La encuesta, que contó con la participación de 1,174 hombres adultos, reveló que solo la mitad de ellos se someten a chequeos médicos regulares, mientras que un sorprendente 72% preferiría realizar tareas domésticas, como limpiar el baño, antes que consultar a un profesional de la salud.
Si bien algunas mujeres también pueden tener preferencias similares a la hora de elegir entre la limpieza y una visita médica, es más probable que ellas programen chequeos periódicos.
Según el urólogo Bradley Gill, quien trabajó en la encuesta, esto se debe a que las mujeres tienen un mayor contacto con el sistema de atención médica desde temprana edad, a través de visitas regulares al ginecólogo.
Por otro lado, los hombres tienden a evitar las consultas médicas rutinarias a menos que surja algún problema de salud evidente, lo que generalmente ocurre a partir de los 30 o 40 años.
Gill aconseja a los hombres realizar chequeos regulares cada dos años entre los 30 y 39 años, y anualmente a partir de los 40.
Los hombres mayores tienen una mayor disposición a realizarse exámenes médicos anuales, con un 74% de ellos sometiéndose a estos exámenes en comparación con solo el 43% de los hombres de entre 35 y 54 años. La frecuencia de los exámenes de detección dependerá del nivel de riesgo y de los antecedentes familiares de cada individuo.
Sin embargo, la encuesta reveló que algunos hombres no se sienten cómodos hablando de su salud, incluso cuando visitan a un médico. Uno de cada cinco admitió no haber sido completamente honesto con su médico.
Las razones comunes para ocultar información incluyen la vergüenza, la incomodidad al hablar sobre ciertos problemas y el temor a que se les sugiera cambiar su dieta o estilo de vida.
Algunos hombres no mencionan sus preocupaciones de salud porque no están preparados para enfrentar un diagnóstico difícil o simplemente porque no desean ser juzgados. Un cuarto de los encuestados afirmó haberse sentido juzgado por sus médicos en alguna ocasión.
Gill destaca la reticencia de los hombres mayores para hablar sobre la disfunción eréctil y los problemas urinarios, a pesar de ser síntomas significativos que deben abordarse.
La disfunción eréctil, por ejemplo, podría ser indicativa de otros problemas de salud subyacentes, como enfermedades cardíacas o diabetes mal controlada. Del mismo modo, los problemas urinarios pueden ser causados por un tumor, por lo que su detección temprana es fundamental para el tratamiento adecuado.
Es por esto que se alienta a los hombres a buscar atención médica antes de que aparezcan los síntomas evidentes.