La mayor parte de las publicaciones falsas sobre Sheinbaum fueron diseminadas en grupos de Facebook o cuentas afines a la oposición.
A unos meses de que inicie la carrera presidencial en México, las noticias falsas sobre los principales aspirantes y las autoridades electorales inundan las redes sociales, una tendencia que, según expertos y académicos, podría anticipar una “avalancha” de desinformación sobre los próximos comicios.
Aunque los partidos de la oposición han acusado al presidente Andrés Manuel López Obrador y al partido oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de impulsar campañas en las redes para desacreditarlos, también han circulado falsedades sobre el mandatario y su fuerza política.
Desde junio, cuando la oposición y Morena iniciaron los procesos internos para definir a sus candidatos rumbo al 2024, el equipo de verificación de datos de The Associated Press ha encontrado casi 40 publicaciones falsas a favor o en contra de ambos grupos. Expertos y académicos consultados por AP coincidieron en que es “preocupante” que en ocasiones los señalamientos sin fundamentos contra la oposición provengan del propio López Obrador. Manuel Alejandro Guerrero, profesor investigador del Departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México, dio como ejemplo que el mandatario retomó la acusación infundada de que Xóchitl Gálvez, senadora opositora y aspirante presidencial, buscaba terminar con los programas sociales de su administración.
“Claramente, el presidente ha sido un factor que genera un tipo de desinformación que termina también siendo polarizante (divisiva)”, dijo Guerrero. “En este caso, a pesar de los desmentidos de la propia Xóchitl, lo que vemos es que se retoma la mentira una y otra vez desde los círculos muy cercanos al propio presidente y entonces se revive”.
Aunque en las redes han circulado afirmaciones erróneas sobre Gálvez, también grupos afines a la oposición han hecho correr informaciones falsas sobre la exalcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, una de las principales aspirantes de Morena para competir por la presidencia. Por ejemplo, circuló un video de 2018 para decir que la exfuncionaria enfrentó agresiones en un evento político reciente y que ni siquiera es mexicana, sino que nació en Bulgaria, por lo que estaría imposibilitada para contender por el cargo.
Ante las falsedades en torno a ella, Sheinbaum hizo un llamado el 11 de julio a través de su cuenta de la red social X, ante llamada Twitter, a decir “no a las fake news”. La exfuncionaria reiteró que para desmentir la falsedad que circuló sobre su nacionalidad, incluso difundió su acta de nacimiento, donde consta que es originaria de la Ciudad de México. En el caso de Gálvez, cuando el mandatario hizo la acusación falsa en contra de la legisladora, ella lo desmintió y logró que un juez le ordenara concederle un derecho de réplica en su conferencia matutina diaria. Pero López Obrador ignoró la orden. Después de las tensiones con el presidente, Gálvez se inscribió en junio para competir por la candidatura presidencial del principal bloque opositor en México.
Magda Guzmán, académica de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), coincidió en que la repetición de información falsa desde el poder genera una ola de desinformación difícil de contener.
La unidad de verificación de AP ha encontrado en los últimos meses publicaciones en X y en Facebook en las que se ha repetido que Gálvez busca acabar con los programas de asistencia social impulsados por López Obrador. La mayoría de los contenidos engañosos sobre Gálvez provenía de cuentas afines a Morena o López Obrador, mientras que la mayor parte de las publicaciones falsas sobre Sheinbaum fueron diseminadas en grupos de Facebook o cuentas afines a la oposición.
Antes del inicio de los procesos internos en los partidos, durante las elecciones locales en los estados de Coahuila, al norte del país, y México, al centro, en las redes circularon noticias falsas que buscaron desacreditar al Instituto Nacional Electoral (INE), el organizador de los comicios, y a los contendientes.
Una de las referidas al INE indicaba que los marcadores entregados por el organismo para señalar a los candidatos en las boletas podían borrarse y que por ello existía la posibilidad de un fraude en la elección del estado de México, considerada una de las más relevantes por su nivel poblacional.