Los cuidados del cabello no son iguales para todos. Dermatólogos cuentan sobre cómo mantener el cabello sano y los efectos de los ingredientes del champú.
Símbolo de belleza, orgullo, salud e incluso creencias políticas. Hoy en día nuestro pelo ocupa un lugar central en la formación de nuestra identidad, y siempre ha sido parte de lo que nos define como humanos.
Nuestros primeros antepasados estaban cubiertos de pelo desde la cabeza a los pies. Era importante para regular la temperatura corporal y proteger la piel de la exposición al sol. Según Brett King, profesor asociado de Dermatología de la Universidad de Yale, el pelo del cuero cabelludo podría incluso haber sido un importante relleno para el cráneo.
Sin embargo, con el paso del tiempo, a los humanos nos creció menos vello en las extremidades y el cuerpo. Aunque parte del pelo corporal cumple funciones importantes para la salud (el de la nariz protege de las bacterias que se introducen en las vías respiratorias), el más prominente, el del cuero cabelludo, es principalmente estético.
"Ahora mismo, el uso que hacemos del pelo es una forma de autoexpresión y de empoderamiento", reconoce Loren Krueger, profesora adjunta de Dermatología de la Universidad de Emory.
También es una de las primeras funciones que se estropean cuando la salud empeora. Los pacientes de cáncer que se someten a quimioterapia pierden el pelo rápidamente porque el tratamiento se dirige a las células en crecimiento.
"Si tienes carencias nutricionales o has perdido mucho peso porque estás enfermo, el pelo es una de las primeras cosas que se estropean", dice George Cotsarelis, jefe del departamento de dermatología de la Universidad de Pensilvania.
El cuidado del cabello es una industria en auge que mueve miles de millones. Aunque innumerables productos se promocionan a sí mismos como promotores del crecimiento capilar, puede resultar difícil averiguar qué necesita realmente el cabello. Los expertos explican la ciencia del cabello y lo que los consumidores deben tener en cuenta al comprar productos capilares.
La ciencia del cabello
El cabello se compone de un tallo, la parte visible, y la raíz, que se une a la piel. La raíz está rodeada por una vaina llamada folículo piloso, situada debajo de la piel, que favorece el crecimiento del pelo.
El pelo del cuero cabelludo pasa por tres fases: una de crecimiento (la mayor parte de su vida), otra de transición y la última, cuando se cae.
"Para que crezca el pelo, tenemos que perderlo", explica Shilpi Kheterpal, profesora adjunta de Dermatología de la Clínica Cleveland.
Hay distintos patrones de rizado, porosidad y grosor del pelo. El del cuero cabelludo difiere de una persona a otra, y la genética, sobre todo la etnia, desempeña un papel importante en sus características.
La idea de un pelo sano es un poco complicada y no es fácil de definir. Oma Agbai, profesora clínica asociada de dermatología en la Facultad de Medicina Davis de la Universidad de California, considera que el grosor, la longitud, el brillo y la fuerza son signos de un cabello sano. Más allá de la caída excesiva, otros signos de mala salud capilar pueden ser un cabello fino con el cuero cabelludo visible, sin brillo y dañado con las puntas abiertas.
Con la edad, los folículos producen menos melanina, lo que aclara el cabello hasta volverlo blanco. La caída del cabello aumenta y el crecimiento se ralentiza, y las hebras se vuelven más finas. Con el aumento de la fragilidad, el cabello puede ser más sensible a factores ambientales como el viento, la luz ultravioleta, la humedad y determinados productos químicos.
Según Agbai, el uso de peinados muy tirantes puede inducir daños en el folículo piloso y provocar una forma de caída del cabello llamada alopecia por tracción. Teñirse el pelo en exceso para aclarar el color puede dañar el tallo piloso y provocar falta de brillo, mayor fragilidad capilar y rotura.
¿Qué necesita realmente tu cabello?
Puede que te sorprenda saber que en realidad no se necesita nada para cuidar el cabello, aunque es importante lavarlo con regularidad.
"No creo necesariamente que haya que considerarlo un mínimo, es más bien 'lo que la sociedad considera aceptable ahora'", señala Krueger. Lavarse con regularidad "te permite tener una hidratación óptima y el aspecto que quieres tener".
El lavado hace algo más que limpiar. Ayuda al cabello a deshacerse de los pelos muertos, lo que puede estimular un nuevo crecimiento, dice Cotsarelis. Nuestros folículos están unidos a glándulas sebáceas, que producen una grasa llamada sebo para aportar hidratación al pelo. Si las personas con el pelo liso no se lo lavan con frecuencia, el sebo puede acumularse y atraer hongos (normalmente del género Malassezia). Esto puede causar inflamación y, potencialmente, caspa.
Si tienes picores, descamación o erupciones en el cuero cabelludo, Krueger dice que puede ser una señal de que necesitas lavarte con más frecuencia. Aun así, lavarse demasiado puede resecar el pelo. "Todo es cuestión de equilibrio. Hay que asegurarse de lavarse el pelo y cuidarlo, pero sin excederse", dice Kheterpal.
Las personas que producen menos sebo pueden ducharse menos. Las personas que sudan mucho o hacen ejercicio con frecuencia deben lavarse el pelo en consecuencia, duchándose después de hacer ejercicio o de sudar en exceso.
El cabello negro suele ser seco y áspero, por lo que no necesita lavarse tan a menudo como el de otras personas. Kheterpal suele recomendar una línea separada de productos específicamente formulados para el cabello negro. Estos productos se conocen como cowashes, y utilizan acondicionador para lavar el pelo en lugar de champú para devolver la hidratación al cabello.
Pero ten en cuenta que la única parte del pelo que está "viva" es el folículo, no el mechón. Esto significa que, a menos que el tratamiento sea tópico, es probable que no veas cambios en el cabello.
Fíjate en la etiqueta
Es posible que hayas oído que hay ciertas sustancias químicas difíciles de pronunciar que deben evitarse en el cabello. Como ocurre con la mayoría de las recomendaciones profesionales, no se trata de una regla única.
Muchos champús utilizan lauril sulfato sódico, un potente limpiador. Aunque las personas con pelo fino pueden beneficiarse de los champús con sulfato (sin él, el pelo puede parecer plano y sin brillo), su dureza puede resecar el cabello. Los champús con lauroil sarcosinato sódico y cocoil glicinato sódico pueden ser buenas alternativas, más suaves, dice Agbai. Los champús sin sulfatos son ideales para las personas con pelo rizado o que se tiñen el pelo, porque los sulfatos hacen que el color se decolore más rápido.
A veces se añaden parabenos para evitar la proliferación de bacterias nocivas y moho. Por lo general, se pueden utilizar sin problemas, a menos que la persona sea sensible y tenga alergia, destaca Kheterpal. Lo mismo ocurre con las fragancias: pueden estar bien, pero para algunos pueden ser irritantes.
Agbai también advierte contra el formaldehído, ya que puede causar irritación y también está clasificado como carcinógeno. Krueger señala que la biotina, un aditivo habitual en los productos capilares, no es tan importante para la salud del cabello y puede interferir en las pruebas de laboratorio.
Muchos de estos ingredientes no han sido sometidos a ensayos clínicos, ya que la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) no necesita aprobar los productos capilares de venta libre. La piritionina de zinc, que se encuentra en los champús anticaspa, es un ingrediente que sí tiene beneficios demostrados. Incluso si no tienes caspa, puede reducir la inflamación microscópica y favorecer el crecimiento del cabello, asegura Kheterpal.
"El pelo es increíblemente personal", subraya Krueger. Es posible que puedas obtener pistas sobre lo que funciona para tu pelo de familiares u otras personas de tu misma edad, etnia o, pero en última instancia, los expertos dicen que debes experimentar para ver con qué frecuencia tu pelo necesita cuidados y qué productos funcionan para ti.