Para algunas personas, el ejercicio físico puede desencadenar una sensación de euforia o relajación conocida como "subidón del corredor". Sin embargo, para otros, el ejercicio puede provocar algo mucho menos placentero: un dolor de cabeza.
Estos dolores de cabeza por ejercicio o esfuerzo fueron descritos por primera vez por investigadores en 1968 y ocurren durante o después de un período de actividad física intensa, como correr, estornudar, levantar objetos pesados o tener relaciones sexuales.
Los dolores de cabeza por esfuerzo suelen implicar una sensación pulsátil en ambos lados de la cabeza, similar a una migraña. Los síntomas varían de una persona a otra y pueden durar desde unos pocos minutos hasta un par de días. Aunque afecta a un porcentaje significativo de la población adulta y adolescente, todavía hay datos científicos limitados sobre estos dolores de cabeza.
Existen varias teorías sobre por qué ocurren los dolores de cabeza por esfuerzo. Durante el ejercicio, aumenta el flujo de sangre al cerebro para garantizar un suministro adecuado de oxígeno. Sin embargo, esto también implica un aumento en la cantidad de dióxido de carbono y calor que el cerebro necesita eliminar. Para hacer frente a esto, los vasos sanguíneos se expanden, lo que puede causar dolor en algunas personas.
Las condiciones ambientales también pueden desempeñar un papel importante. Hacer ejercicio en climas cálidos puede aumentar la temperatura del cerebro y provocar una inflamación aún mayor de los vasos sanguíneos, lo que resulta en dolores de cabeza pulsátiles característicos. Del mismo modo, el entrenamiento en altitud puede aumentar la probabilidad de dolores de cabeza por esfuerzo debido a la reducción de la capacidad de transporte de oxígeno de la sangre.
Las personas con antecedentes personales o familiares de migraña también pueden ser más propensas a experimentar dolores de cabeza por esfuerzo, ya que los mismos cambios en los vasos sanguíneos involucrados en las migrañas también están relacionados con estos dolores de cabeza.
Aunque los dolores de cabeza por esfuerzo pueden ser molestos, generalmente se resuelven poco después de dejar de hacer ejercicio. Si están relacionados con la deshidratación, puede llevar más tiempo que el dolor de cabeza desaparezca hasta que los niveles de líquidos se restablezcan.
En caso de persistir los síntomas o si el dolor de cabeza es intenso, se pueden utilizar analgésicos de venta libre como el paracetamol o el ibuprofeno. Sin embargo, si los dolores de cabeza por esfuerzo son frecuentes, es recomendable consultar a un médico para considerar opciones de tratamiento y prevención.
Algunas medidas que se pueden tomar para prevenir los dolores de cabeza por esfuerzo incluyen retomar el ejercicio gradualmente después de un período de inactividad, calentar adecuadamente antes de realizar actividades físicas intensas, mantenerse hidratado y asegurar un descanso adecuado.
Además, evitar el ejercicio en climas calurosos o a gran altitud puede reducir el riesgo de experimentar estos dolores de cabeza. También se puede considerar la práctica de otros tipos de ejercicio que no involucren un esfuerzo cardiovascular sostenido, como el yoga o el levantamiento de pesas.