Según un artículo sin revisar (preprint) publicado en la revista Journal of Psychosomatic Research, una gran proporción de la población posCOVID-19 se ve afectada por una disfunción cognitiva multidominio, así como por síntomas depresivos específicos y clínicamente relevantes. El estudio fue realizado por investigadores alemanes.
Los problemas de salud mental deben ser parte de la rehabilitación posterior a la COVID-19, y se deben ofrecer intervenciones adecuadas para mejorar la salud mental y los resultados de la memoria. Los pacientes con depresión pueden beneficiarse de la psicoterapia. En general, las evaluaciones neuropsicológicas detalladas y el tratamiento deben adaptarse e individualizarse.
El estudio fue un análisis de cohortes prospectivo y transversal en el que se examinaron los perfiles neuropsicológicos, la salud mental y los factores de riesgo de deterioro cognitivo en pacientes con COVID-19 inscritos consecutivamente y que asistieron al centro posCOVID-19 en el Hospital Universitario de Erlangen en Alemania entre diciembre de 2022 y mayo de 2023.
Se incluyeron 110 pacientes en el análisis, predominantemente mujeres, y la edad media fue de 42,5 años. El tiempo medio desde la infección por SARS-CoV-2 fue de 13,5 meses, y la mayoría notificó una infección aguda sintomática y recibió tratamiento domiciliario/ambulatorio. Aproximadamente el 69 % presentaba síntomas depresivos y ~40 % había recibido tratamiento psicoterapéutico/psiquiátrico/psicosomático en el último año.
Un total de 90,1 % sufría deterioro cognitivo en al menos una de cinco pruebas, y casi un tercio presentaba disfunción multidominio, con mayor frecuencia en fluidez verbal, velocidad de trabajo, memoria diferida y atención. En los hallazgos del análisis de regresión logística se mostró que la baja educación era un factor de riesgo para los deterioros cognitivos y una mayor edad se asoció con una velocidad de procesamiento más lenta y una memoria retrasada y deteriorada.
El estudio no incluyó un grupo de control, no se llevó a cabo una evaluación neuropsicológica previa a la COVID-19 (que limitó la evaluación previa y posterior al estudio del funcionamiento cognitivo) y, debido a su naturaleza transversal, no se pudo determinar la causalidad. También faltaban factores de confusión.