Ir a bañarse, ya sea en la playa, río o piscina, tiene algún que otro riesgo pero a menudo provoca más miedos de la cuenta. Siempre hay quien teme, por ejemplo, que aparezca algún animal inesperado por la zona, pero también de quemarse por exceso de sol o de sufrir algún imprevisto cuando uno está en el agua y tener un problema crítico de salud.
Históricamente, además, se ha escuchado hablar mucho de los cortes de digestión. De hecho, seguro que muchos recuerdan cuando eran niños y sus padres o abuelos les instaban a no meterse en el agua después de comer y tener que esperar una o dos horas. O se lo permitían pero tras mojarse previamente la nuca y las muñecas tras comer porque podían sufrir un corte de digestión.
Pero, ¿existen en realidad los temidos cortes de digestión? ¿en qué consisten y cómo se pueden prevenir? A continuación se explican todos los detalles de esta afectación que para muchos es poco más que un mito de la infancia y los veranos en familia.
¿Qué es un corte de digestión?
Los expertos sanitarios recuerdan que se llama corte de digestión o síncope por hidrocución a un conjunto de síntomas digestivos que se pueden dar al producirse un choque térmico, que es un cambio bruco de temperatura que afecta al cuerpo. En este caso, tiene que ver con el contacto repentino con agua fría, lo que provoca cambios en la presión arterial o la frecuencia cardíaca.
De ninguna de las maneras, con todo, existe un corte de digestión como al porque el proceso digestivo no se interrumpe. Es más, los médicos recuerdan que lo considerado como corte de digestión es en realidad un problema circulatorio.
En todo caso, estos efectos no solo pueden aparecer al bañarse tras una comida pesada sino también con acciones que modifican al alza nuestra temperatura corporal, como tomar el sol, consumir altas dosis de alcohol o hacer ejercicio también tienen sus riesgos. Además, este choque térmico puede darse también a la inversa, por ejemplo al ducharse o bañarse uno con agua excesivamente caliente.
Los síntomas más frecuentes de un corte de digestión que puede notar uno mismo o un acompañante, son la palidez cutánea, escalofríos, visión borrosa, mareos o náuseas, dolores de estómago o pitidos en los oídos. También se produce una caída de la presión arterial y la fatiga puede ser evidente.
¿Cómo actuar ante un corte de digestión?
Solo contando o viendo estos síntomas ya se puede diagnosticar una hidrocución. Lo más importante, su tratamiento, requiere de varias acciones pero la crucial es que el afectado sea sacado inmediatamente del agua para evitar males peores.
A continuación, hace falta estirar al implicado y colocarle las piernas en alto para evitar una lipotimia, que es una pérdida de conocimiento por la disminución del flujo sanguíneo al cerebro. Los profesionales de salud también aconsejan tapar o vestir a la víctima para mantener su calor corporal y llamar al servicio de emergencias. Aunque al mareado no le apetecerá es recomendable que intente beber agua para estabilizar su presión arterial.
¿Cómo prevenir un corte de digestión al bañarse?
En este sentido, como nuestras familias nos indicaban, es importante entrar poco a poco al agua para que el cuerpo se adapte a la temperatura de forma gradual. Así, remojar primero pies, nuca y muñecas puede ser útil y no hacer una zambullida de golpe es una buena idea.
Igualmente, se aconseja evitar las comidas copiosas antes de bañarse o esperar unas dos horas hasta volver a la playa, piscina o río, aunque esta espera, recuerdan, no es garantía para evitar una hidrocución. Además, es mejor evitar consumir bebidas muy frías si se está tomando el sol o haciendo ejercicio físico intenso.